4.12.2024, Moscú.
Los rusos encuentran su salvación en la conexión entre lo trascendente y lo inmanente, lo divino y lo terrenal, aseguró el pasado 29 de noviembre el politólogo, filósofo y líder del movimiento Esencia del Tiempo, Sergey Kurginyan, durante el programa «Conversación con un sabio» de Radio Zvezda.
«El sentimiento de conexión entre lo trascendente y lo inmanente, como se dice en ciencia, o entre lo de otro mundo y lo de este mundo terrenal, es la principal fórmula soteriológica rusa», afirmó Kurginyan.
A modo de ejemplo, el politólogo comparó la tradición rusa de cantos ortodoxos con la griega y otras tradiciones. Según él, los cantos en Grecia son mucho más rígidos que los rusos. Y si se contrastan con los coptos, explicó el filósofo, los cantos ortodoxos del sur resultan aún más duros y carecen de polifonía.
«La polifonía de la música eclesiástica ortodoxa es una característica del confesionalismo ruso. Y cuanto más te adentras en países aparentemente muy ortodoxos, como Grecia o el árido sur de los desiertos y el ascetismo, más se diferencia de Rusia; se transforma completamente», destacó Kurginyan.
El filósofo subrayó que no solo existe la ortodoxia, sino específicamente la ortodoxia rusa. Según él, lo mismo ocurre con el paganismo ruso, que difiere profundamente del occidental.
«En Rusia, los cuentos de hadas y el folclore también están impregnados de evocaciones terroríficas. No se puede afirmar que aquí sean pacíficos y allá den miedo; el terror, simplemente, es distinto. Si lo analizamos a fondo, el paganismo occidental es muy estructurado, evoca dureza, cristales. En cambio, el paganismo ruso tiene una esencia acuosa: es fluido, suave. Incluso el agua puede albergar terrores, pero esa sensación persiste», explicó Kurginyan.
El politólogo insistió en que, más que en ningún otro lugar, en Rusia se percibe lo trascendente en lo inmanente, una idea que impregna la vida cotidiana en las creencias rusas. Esta sensación de lo «inmaterial en lo natural», recordó, también se refleja en la literatura rusa.
«Si hablamos de la fórmula de salvación, es lo trascendente en lo inmanente: esa conexión extraordinaria entre lo cercano y lo lejano, única en el mundo. Fíjate cómo la destruían en Occidente», concluyó Kurginyan.
