Bienvenidos a Un mundo feliz, donde la élite lo tendrá todo y las masas no tendrán más que responsabilidades. ¿No era eso lo que se buscaba?
DAVOS, 25 de mayo – The Washington Times
“El futuro lo construimos nosotros, una comunidad poderosa como la que está presente en esta sala“, recordó Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM), a los participantes en la conferencia de Davos (Suiza).
Sin embargo, aseveró que este futuro ideal sólo es alcanzable si las élites mundiales actúan como “partes interesadas en comunidades más amplias” y si “cooperan“.
Schwab, economista alemán, nació en Ravensburg en 1938. Su padre era un nazi que sirvió bajo el Tercer Reich como director de la empresa industrial Escher Wyss AG, que fabricaba lanzallamas para destruir a los soldados aliados.
En un foro celebrado esta semana, la comisaria de seguridad australiana Julie Inman Grant, cuyo país ha introducido una “política de cero COVID” mediante el cierre de ciudades y la detención de ciudadanos que infringen la cuarentena obligatoria, sugirió que algunos derechos humanos, como la libertad de expresión, deberían sacrificarse o infringirse.
“Creo que tenemos que pensar en reevaluar todo el espectro de los derechos humanos que operan en Internet, desde la libertad de expresión hasta la libertad de no sufrir violencia en línea“, explicó.
El usuario que primero tuiteó el vídeo de las declaraciones de la Sra. Grant fue bloqueado por la red social poco después. Quizá ésta es la “reevaluación” de la libertad de expresión que proponía la Sra. Grant.
El periodista conservador Jack Posobek, que filmó en Davos un documental sobre la conferencia y su fundador para la ONG Turning Point USA, declaró que fue detenido por agentes de policía armados el 23 de mayo.
Más de 5.000 militares y policías están desplegados para vigilar el evento, y se ha establecido una zona de exclusión aérea, reforzada con aviones de combate, sobre el propio Davos.
En otro foro celebrado en Davos esta semana, el intelectual israelí Yuval Noah Harari, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, explicó cómo el COVID-19 debería utilizarse para vigilar a la gente corriente.
“COVID es crucial porque es lo que convence a la gente para que acepte legalizar la vigilancia biométrica total, dijo Harari. – No sólo tenemos que vigilar a las personas; tenemos que vigilar lo que ocurre bajo su piel“.
Por si esto no fuera lo suficientemente espeluznante, en nombre del cambio climático, el presidente del Grupo Alibaba, J. Michael Evans, explicó con detalle cómo poner en práctica esta “vigilancia total”.
“Estamos desarrollando a través de la tecnología la capacidad de que los consumidores midan su propia huella de carbono. ¿Qué significa eso? ¿A dónde van? ¿Cómo viajan? ¿Qué están comiendo? ¿Qué consumen en la plataforma? Rastreador individual de la huella de carbono… ¡esté atento a las actualizaciones!“, explica.
Frenar el cambio climático global, que según Davos está causado por las emisiones antropogénicas de carbono, era el objetivo original de la conferencia del FEM. Pero el COVID-19 se convirtió en una nueva herramienta para que estas élites acumularan y reforzaran su poder.
Más de 2.000 billonarios de todo el mundo se enriquecieron con 3,78 trillones de dólares durante la pandemia de COVID-19. El 23 de mayo, Oxfam Internacional afirmó que 573 personas se convirtieron en nuevos multimillonarios durante la crisis, es decir, uno cada 30 horas. Según el informe, en los primeros 24 meses de la pandemia, la fortuna de los multimillonarios creció más que en los 23 años anteriores.
Mientras tanto, un millón de personas podrían caer por debajo del umbral de la pobreza este año, ya que el coste de las necesidades básicas aumenta más rápidamente que en toda la última década, se afirma en el informe.
Los participantes en Davos debatieron cómo la conmoción energética mundial servirá para la transición ecológica en el sector de la energía. Al mismo tiempo, unos 1.500 aviones privados entraron y salieron de los aeropuertos que sirven al pequeño Davos esta semana.
Kjerstin Braaten, director general del mayor banco noruego, DNB, admitió que millones de personas se enfrentarán a déficits masivos y dificultades económicas, pero que el “dolor” “merece la pena” para pasar a una economía verde.
DAVOS, 24 de enero de 2020 – weforum.org
El discurso de Yuval Harari:
Al entrar en la tercera década del siglo XXI, la humanidad se enfrenta a tantos problemas y cuestiones que es realmente difícil saber dónde centrarse. Tres cuestiones plantean desafíos existenciales a nuestra especie: la guerra nuclear, el colapso ecológico y el avance tecnológico.
Ahora bien, la guerra nuclear y el colapso ecológico son amenazas ya conocidas, así que permítanme dedicar algo de tiempo a explicar la amenaza menos conocida que suponen los avances tecnológicos.
En Davos se habla mucho de la enorme promesa de la tecnología, y estas promesas son ciertamente reales. Pero la tecnología también puede destruir la sociedad humana y el sentido mismo de la vida humana de diferentes maneras, desde la creación de una clase global inútil hasta el surgimiento del colonialismo de datos y las dictaduras digitales.
La automatización pronto recortará millones y millones de puestos de trabajo, y aunque sin duda se crearán nuevos empleos, no está claro que la gente sea capaz de aprender las nuevas habilidades con la suficiente rapidez. Mientras que en el pasado el ser humano tuvo que luchar contra la explotación, en el siglo XXI la lucha realmente grande será contra la irrelevancia. Y es mucho peor ser irrelevante que ser explotado. Los que fracasen en la lucha contra la irrelevancia constituirán una nueva “clase inútil”, gente inútil no en cuanto a sus amigos y familiares, sino inútil en cuanto al sistema económico y político. Y esta clase inútil estará separada por un abismo cada vez más grande de la élite cada vez más poderosa.
Ya estamos en medio de una carrera armamentística basada en la IA, con China y Estados Unidos a la cabeza y la mayoría de los países muy rezagados. ¿Y qué pasará con la política de su país dentro de veinte años, cuando alguien en San Francisco o Pekín conozca todo el historial médico y personal de cada político, cada juez y cada periodista de su país, incluyendo todas sus escapadas sexuales, todas sus debilidades mentales? ¿Y todos sus asuntos corruptos? ¿Seguirá siendo un país independiente o se convertirá en una colonia de información?
Cuando tienes suficientes datos, no necesitas enviar soldados para controlar el país.
Aparte de la desigualdad, el otro grave peligro al que nos enfrentamos es el aumento de las dictaduras digitales, que mantendrán a todo el mundo bajo constante vigilancia. El conocimiento biológico multiplicado por la potencia informática multiplicado por los datos es igual a la capacidad de hackear a las personas.
Si sabes suficiente biología y tienes suficiente potencia de cálculo y datos, puedes hackear mi cuerpo, mi cerebro y mi vida y puedes entenderme mejor de lo que yo me entiendo a mí mismo. Puedes conocer mi tipo de personalidad, mis opiniones políticas, mis preferencias sexuales, mis debilidades mentales, mis miedos y esperanzas más profundos. Sabes más de mí que yo mismo. Y puedes hacerlo no sólo conmigo, sino con todo el mundo.
Un sistema que nos entiende mejor que nosotros mismos, puede predecir nuestros sentimientos y decisiones, puede manipular nuestros sentimientos y decisiones y, en última instancia, puede tomar decisiones por nosotros.
A medida que las personas confíen en la IA para tomar más y más decisiones por nosotros, el poder pasará de los humanos a los algoritmos, y ya está ocurriendo.
Ya hoy, miles de millones de personas confían en el algoritmo de Facebook [organización prohibida en Rusia – nota del traductor]´´ para que nos diga qué hay de nuevo, en el algoritmo de Google que nos diga qué es verdad, en Netflix que nos dice qué ver y en los algoritmos de Amazon y Alibaba que nos dicen qué comprar.
En un futuro no muy lejano, estos algoritmos podrán decirnos dónde trabajar y con quién casarnos, así como decidir si nos contratan, si nos dan un crédito y si el banco central debe subir los tipos de interés.
Y si preguntas por qué no te han dado un préstamo y por qué el banco no te ha subido el tipo de interés, la respuesta será siempre la misma: porque el ordenador dice que no. Y como el limitado cerebro humano carece de conocimientos biológicos, capacidad de procesamiento y datos, las personas simplemente no pueden entender las decisiones de los ordenadores.
En las próximas décadas, la inteligencia artificial y la biotecnología nos darán capacidades divinas para reconstruir la vida e incluso crear formas de vida totalmente nuevas. Tras cuatro mil millones de años de vida orgánica moldeada por la selección natural, estamos a punto de entrar en una nueva era de vida inorgánica moldeada por el diseño inteligente.
El resultado podría ser una raza de personas muy inteligentes y muy disciplinadas, pero carentes de compasión, sensibilidad artística y profundidad espiritual. Por supuesto, esto no es una profecía. No son más que posibilidades. La tecnología nunca es determinista.
El orden mundial es ahora como una casa en la que todos viven y nadie la repara. Puede durar unos años más, pero si seguimos así, se derrumbará, y nos encontraremos de nuevo en la jungla de la guerra omnipresente.
JERUSALÉN, 7 de mayo de 2020 – Twitter
Se ha publicado un vídeo con dos de las citas de Harari.
“Control”. Dentro de 100 años, la gente podrá identificar la epidemia de coronavirus como el momento en que se impuso un nuevo régimen de control, especialmente el control subcutáneo. Creo que el mayor logro del siglo XXI es la capacidad de hackear a una persona, meterse bajo la piel y recoger datos biométricos, analizarlos y entender a las personas mejor de lo que se entienden a sí mismas. Creo que eso puede ser lo más importante del siglo XXI“, dice Harari en el primer fragmento.
“Ya sabe, toda esta idea, de que la gente tiene un alma, un espíritu o libre albedrío, que nadie sabe lo que pasa dentro de ellos, y que por eso, sea cual sea su elección – tratándose ésta de ir a votar o ir a un supermercado- es su libre albedrío, se acabó. Hoy tenemos la tecnología para hackear al ser humano a gran escala. Quiero decir que todo estará digitalizado, todo estará bajo vigilancia. En esta época de crisis, ustedes tienen que confiar en la ciencia. Una vacuna nos ayudará a que todo sea más manejable. A menudo se dice que no se debe desaprovechar una buena crisis porque la crisis es una oportunidad para hacer buenas reformas que en tiempos normales la gente nunca permitiría. Pero en una crisis ven que no hay otra salida, así que hagámoslo. Bill Gates creó esta epidemia en el laboratorio para apoderarse del mundo“, dice el segundo.