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(Enlaces a los anteriores capitulos: Parte I, Parte II, Parte III, Parte IV, Parte V)
El 9 de junio de 2020 terminó la epopeya de la cuarentena en la capital de nuestra Patria, Moscú. Pronto terminará en todas las vastas extensiones de nuestra Patria. ¿Significa esto que podemos olvidar la epopeya del coronavirus como una especie de pesadilla, que se desvaneció “como un sueño, como una bruma matutina”? Lo dudo.
En el período estival, que dura desde principios de junio hasta principios de septiembre, me sumerjo por completo en las actividades de la puesta en escena y no hago más que hacer obras teatrales y atender algunos asuntos públicos impostergables. Al mismo tiempo, mantengo todo lo demás a nivel mínimo, incluidas las apariciones en Televisión Central. Pero terminaré esta serie dedicada al coronavirus, porque lo considero absolutamente necesario, tanto en el plano moral como intelectual, y político .
El 9 de junio de 2020 terminó la epopeya de la cuarentena en la capital de nuestra Patria, Moscú. Pronto terminará en todas las vastas extensiones de nuestra Patria. ¿Significa esto que podemos olvidar la epopeya del coronavirus como una especie de pesadilla, que se desvaneció “como un sueño, como una bruma matutina”? Lo dudo.
En primer lugar, incluso las pesadillas a veces dejan huellas profundas en la psique. Y sabemos que cualquier evento traumático deja un rastro no solo profundo, sino también de larga duración. Si usted se divorcia, por ejemplo, esto no significa que después todo lo que pasó no dejará rastros en su psique. Entonces, el coronavirus vivirá con la población de Rusia y la humanidad durante un tiempo bastante indefinido.
En segundo lugar, lo que puedo llamar el trauma del COVID no solo ha generado consecuencias psicológicas, sino también sociales y económicas. Y también consecuencias políticas. Les aseguro que todavía están por verse. Por lo tanto, nuevamente, el coronavirus estará con nosotros, aunque en diferentes formas.
En tercer lugar, alguien ya saboreó las alegrías del COVID. Se puede encerrar a la gente en sus casas, ordenar a izquierda y derecha, y así sucesivamente. Sabe, cuando se prueba la sangre viva del poder infinito, esto da lugar a tentaciones continuas y estoy convencido que las hay.
Cuarto, y esto es lo principal, ya nos prometieron una segunda, tercera, cuarta ola del COVID. Aquí el Sr. Fauci dice que habrá cinco. Y si este misterioso fenómeno llamado “COVID” muta, entonces quizás todas las “alegrías” se repitan de nuevo o incluso se intensifiquen.
En quinto lugar, la repugnancia del traspaso incomprensible de toda nuestra vida a algún tipo de “nuevos carriles” por culpa de este COVID, y la posibilidad de este traspaso una y otra vez bajo cualquier pretexto va a dominar la conciencia de aquellos a los que no les gusta que por mucho tiempo (como, por ejemplo, yo, y estoy convencido, la mayoría de los que miran este programa), jueguen con ellos a la absoluta confusión. Necesitamos respuestas directas a preguntas malditas.
En sexto lugar, es poco probable que este COVID venga y simplemente se vaya. Las consecuencias del éxtasis COVID son demasiado grandes. Esto significa que existe una alta probabilidad de que este éxtasis haya sido montado con fines de gran alcance. Pero nadie canceló este objetivo y aun no se ha logrado. Esto significa que aquellos que construyeron este COVID seguirán jugando. Y por lo tanto, la necesidad de comprender el significado del juego será más necesaria todavía que antes.
Y si es así, continuaremos hablando del significado del juego que se oculta tras estas mascaras del COVID. Considero estratégico el trabajo sobre la hermenéutica política del COVID. Y, por lo tanto, propongo otra serie de investigación tranquila y pausada de esta epopeya del COVID.
Según una parábola política plausible, varias personas del círculo íntimo de Joseph Vissarionovich Stalin estaban preocupadas de que Stalin simpatizara especialmente con Ivan Alekseevich Likhachev, un destacado estadista soviético, uno de los organizadores de la industria automovilística soviética, director de la 1ª Planta Estatal de Automóviles de Moscú, que más tarde se conocería como La planta de Likhachev o ZIL.
Likhachev no solo fue un talentoso director soviético, sino también un verdadero creador de la industria automovilística soviética. Por algún tiempo fue Comisario del Pueblo para la Construcción de Máquinas Medianas de la URSS. MedMash es algo serio. Pero el séquito de Stalin, si creemos a la parábola, se preocupó no solo por la presencia de Likhachev en los altos cargos, sino también por el favor especial del líder a Ivan Alekseevich. Y el séquito temía que esto tendría consecuencias políticas, como por ejemplo que Likhachev se convierta en el sucesor del líder.
Y supuestamente – recalco: ¡supuestamente! – Los socios más cercanos de Stalin comenzaron a desprestigiar a Likhachev en relación a sus simpatías excesivas por las mujeres.
Al líder se le mostraron fotografías que, en opinión del círculo íntimo de Stalin (recalco una vez más que esta es una parábola plausible), eran comprometedoras. El líder examinó estas fotografías con atención e interés. Y esto continuó durante un tiempo largo. Entonces, el que obtuvo la información comprometedora preguntó a Stalin: “Entonces, ¿qué vamos a hacer, Joseph Vissarionovich?”
Stalin supuestamente dijo primero, como si pensara: “¿Qué haremos, qué haremos …” Luego hizo una pausa, lo que siempre asustaba a sus compañeros de armas, y agregó: “¡Envidiaremos!”
Tengo, por necesidad (de lo contrario, mis programas se convertirán en un crucigrama de servicios de inteligencia, incomprensible para la mayoría), tengo hablar en algunos de mis programas sobre como se organiza la vida intelectual de la élite Occidental, principalmente en los Estados Unidos y Gran Bretaña. Es decir, lo que podríamos llamar contexto en el que se desarrolla la historia del COVID. Pero, con toda honestidad quiero decir que mi posición respecto a ciertos temas relacionados con la organización de esta vida de élite en Occidente, por ejemplo la organización de la educación de esta élite, etc., es aproximadamente como dijo el líder: “¿Qué haremos, que haremos… Envidiaremos”.
Sí, envidio las capacidades de las instituciones educativas más distinguidas de Estados Unidos, Gran Bretaña o Europa Occidental en general. Y me gustaría que en mi patria, ya que ha elegido un camino determinado, hubiera aún más oportunidades de este tipo. Por eso, cuando considero estas posibilidades, no lo hago como se hacía en la revista cómica “Cocodrilo”, donde había un apartado “Sus modales” (“¡Oh, horror! ¡Cómo ellos pervierten todo allí!”). Estoy hablando de otra cosa. Esto va sobre lo que no estaría mal mirar de cerca y aprender algo de lo que hacen ahí. Me refiero a los problemas de la educación de élite, la crianza, etc.
Sí, creo que se puede envidiar cómo se organiza la así llamada Liga de la Hiedra (en inglés Ivy League) en los Estados Unidos de América, que incluye ocho de las mejores universidades privadas estadounidenses ubicadas en siete estados del noreste del país.
Los tres primeros en esta liga son Harvard, Princeton y Yale. Estas son las universidades privadas estadounidenses más ricas. Y nosotros, para entender el contexto, necesitamos determinar cuán ricos son.
Existe un concepto – endowment: capital de dotación de una organización sin fines de lucro, incluida una universidad, transferido en fideicomiso para generar ingresos que se utilizan para financiar actividades estatuarias. El endowment es, por cierto, una cosa muy antigua, que existe desde los días de la Academia Platónica. Platón otorgó capital en dotación a su famosa Academia, que fue cerrada después de novecientos años de existencia en el siglo VI d.C. por el emperador Justiniano.
Pues bien, la dotación de la Universidad de Harvard que entra a la Liga de la Hiedra en el año 2019 fue de $ 38,3 mil millones. ¡$ 38,3 mil millones! La dotación de la Universidad de Yale en el mismo 2019 fue de $ 29,3 mil millones. Ocho universidades estadounidenses más prestigiosas de la Liga de la Hiedra tienen capacidades similares. Pero hay otras universidades estadounidenses que no están en el noreste, sino en otras partes de Estados Unidos. Y sus capacidades son comparables a las de la hiedra.
Siempre me opongo a las teorías de la conspiración, pero no es que esté poniendo excusas. El caso es que hay dos formas de pensar. Y me gustaría que prevaleciera el segundo método que propongo (en el peor o en el mejor desempeño, no voy a juzgar). Este método -analítico, especial-analítico, especial-histórico- consiste en considerar algún tipo de integridad como la suma de muchos elementos. Y la teoría de la conspiración consiste en coger un elemento, absolutizarlo, atribuirle súper-características y luego reducir todo lo que ocurre a ese elemento. Esta es una forma profundamente errónea de entender la realidad, de pensar. Entiendo que así es más fácil, entiendo que es más seductor. Entiendo que de alguna manera es incluso más “sabroso”. Pero esto no proporciona una comprensión de la realidad. Y para luchar es necesario comprender cuál es la realidad y en qué se diferencia de las ficciones.
Entonces, hay teóricos de la conspiración que están convencidos de que dentro de los centros de educación más prestigiosos de la élite estadounidense – estos mismos “hiedra” y los demás – hay algo exclusivamente demoníaco, más a menudo llamado “Skull & Bones” (Cráneo y huesos).
Esta versión me parece banal y excesivamente alarmista. Por cada “cráneo” y por cada “hueso” se encontrará una “rosa” y una “cruz” etc. Hay tantas que sería extraño absolutizar solo una de ellas.
Pero sería igualmente extraño que las canteras de la élite estadounidense como las “ivy” u otras no tengan mentores. Esto significaría que la élite estadounidense está desprovista de subjetividad o núcleo de algún tipo. Y ella, como vemos, claramente no está desprovista de esto.
Y la cuestión no es si es bueno o malo. La cuestión esta en que esto existe. Y bastante decidido a comerse el resto. Bueno, tienes que entender que existe. Y ver cómo funciona, y no negar su existencia, que, repito, parece tan cómica como la absolutización de “calaveras” y “huesos”.
Así que la verdad está en el medio entre el alarmismo histérico y redundante, lo mismo entre la conspirologia (que es muy querida por algunos y de la que hay que alejar todo el tiempo, porque de lo contrario se sumergirán en ella de cabeza hasta la hora de su muerte), y las testarudas afirmaciones de que la élite estadounidense no está organizada por nadie, que todo el mundo actúa como quiere, que esta élite no se entrena según un plan determinado, y que dentro de la principal cantera norteamericana de élite no se hace ninguna selección. ¡No la hay y ya está! Todo el mundo sabe que está ahí, pero no, todo esto son invenciones. Y aquí precisamente ayudan todas estas teorías de la conspiración, porque enseguida dicen: a.. esto es como en la teoría de conspiración.
¿Y qué es el increíblemente poderoso Estados Unidos en relación con la debilitada Gran Bretaña, y que se debilita cada vez más?
En primer lugar, se podría establecer una analogía entre un adolescente animoso que se deleita con su fuerza y un anciano que ha estado practicando las artes marciales orientales durante cien años. Y, en segundo lugar, sin duda hay un efecto de la imitación. Estados Unidos está copiando a Gran Bretaña en todo lo relacionado con la reproducción de la élite, imita los centros educativos británicos clave, los métodos de enseñanza en estos centros, los métodos de selección de las élites que la aristocracia británica ha llevado a cabo durante siglos. Al mismo tiempo, por supuesto, los estadounidenses han odiado a Gran Bretaña desde la Guerra de Independencia. Y es una tendencia muy estable. Por esto es como un bufido celoso. Y es una parte apenas tangible de la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido. Y la parte principal y más declarada de esta relación es la imitación. Más la humildad británica a la hora de seguir formalmente el curso de Estados Unidos y la manipulación muy sutil y astuta de este curso por los británicos. Hay que decir al adolescente: “¡Sí, sí, estamos contigo! ¡Iremos a donde quieras! Pero, ¿alguna vez te has preguntado a dónde ir? ¡Mira, aquí hay un obstáculo! Y mejor vamos aquí”. Todo esto se realiza en realidad.
El análogo de la Liga de la Hiedra Americana es el grupo de universidades británico llamado grupo Russell. Este grupo incluye 24 de las universidades más prestigiosas del Reino Unido, incluidas las famosas Oxford y Cambridge.
Y nuevamente estamos ante enormes fondos fiduciarios y redirección extremadamente tenaz a esta comunidad intelectual de todo lo que concierne a la financiación de determinadas investigaciones. Allí, después de todo, la cuestión no es solo que tengan fondos. Tienen subvenciones, tienen líneas de financiación. Tienen órdenes y todo eso. Es una enorme maquinaria financiera-intelectual, financiera-política, financiera-social, financiera-antropológica, en definitiva, una máquina que produce aquello con lo que luego nos enfrentamos. Es decir, aquí de nuevo no estamos hablando de miles de millones y no de decenas de miles de millones, sino de cientos de miles de millones de dólares. Es decir, hablamos del dinero que ya huele bastante a poder. Mientras que el poder es siempre algo más que dinero.
Hemos visto de nuevo en la historia con el COVID, que donde está el poder, hay una financiación colosal en tiempos de crisis. Y donde no hay poder, hay quiebra y compra de propiedades de quienes no están involucrados en el poder, por aquellos que tiene poder. Volvimos a confirmar algo de lo que ya estábamos convencidos en años anteriores. Lehman Brothers perdió y Goldman Sachs ganó. ¿Por qué? Está claro por qué. Ayudaron a unos porque estaban inscritos en el poder, mientras que otros estaban un poco más lejos del poder. Y no fueron ayudados. Eso es todo. Es el problema de vida o muerte.
El grupo Russell, que en Reino Unido tiene el mismo peso que la Liga de la Hiedra en Estados Unidos, junto a otras universidades incluye la institución que más nos interesará a lo largo de este programa. Se llama Imperial College London.
Además, el Imperial College London no es solo miembro del grupo Russell, bastante amplio. También forma parte del llamado “triángulo universitario dorado”. Las dos esquinas de este triángulo son la ciudad de Cambridge con su Universidad de Cambridge y la ciudad de Oxford con su Universidad de Oxford. Y la tercera esquina es Londres, que alberga tres facultades de la Universidad de Londres y este Imperial College London, que no puedo dejar de mencionar en relación con todos estos éxtasis en torno al COVID. Porque es extremadamente importante precisamente en relación con estos éxtasis, y lo probaré. Al mismo tiempo, el Imperial College en este “triángulo dorado” tiene un significado separado. De lo contrario, no se habría destacado entre la población de las universidades súper privilegiadas de Londres. Y se destacó.
En 2019, Imperial College London ocupó el octavo lugar entre las 200 mejores universidades del mundo. Así que no es en absoluto pequeña cosa dentro del Sancto Sanctorum dentro del grupo de prestigiosas instituciones educativas que forman la élite Británica.
Y ahora un detalle necesario, aunque, a primera vista, no muy importante.
En junio de 2004, el Imperial College de Londres abrió su propia Escuela de Negocios, que lleva el nombre de un tal Harry Tanaka. ¿Quién es Harry Tanaka? Este es un japonés que nació en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Harry Tanaka nació en un campo de concentración creado por los estadounidenses para todos los japoneses que lograron vivir en su territorio. Tanaka recibió su educación primero en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y luego en el mismísimo Imperial College London, que he descrito antes, distrayendo la atención del lector del COVID-19 en aras de entender su papel dentro de la Liga de la Hiedra, el grupo Russell y el Triángulo Dorado.
Por el momento, no puedo afirmar que la familia Tanaka y, sobre todo su padre que minimizó hábilmente los costos de su estancia en prisión, estén directamente relacionados con las actividades del Imperial College London, que están relacionadas a todos estos éxtasis en torno al COVID-19, a pesar de que las actividades del Imperial College London tienen un papel muy significativo, excepcional en toda esta historia con el COVID. Pero por si acaso, le informaré al espectador sobre cómo se entrelazan los destinos del Sr. Tanaka y el Imperial College London. Al mismo tiempo, no quiero exagerar el grado de este entrelazamiento ni dejarlo fuera de mi investigación.
Para empezar, precisamente en el Imperial College de Londres Harry Tanaka completó su educación y recibió su doctorado en matemáticas. Pero el propio Tanaka y sus hijos, Mark y Michael, no se dedicaban en absoluto a las matemáticas, sino invertían en varias iniciativas del Internet.
Harry Tanaka saltó a la fama como cofundador de la empresa de inversión Amerindo Investment Advisors. ¿Por qué es famosa esta empresa? Por un lado, por su exitosa inversión en la gran empresa de Internet Yahoo!
Por otro lado, por su particular papel en el llamado boom de las dotcom, es decir, por inflar los precios de las acciones de las empresas de Internet, lo que dio lugar al colapso de estas burbujas muy específicamente infladas. Cuando estas burbujas estallaron sufrió mucha gente. Pero la historia con Tanaka y su compañero Alberto Vilar fue la más ruidosa, porque Tanaka y Vilar fueron condenados por fraude, además bajo varios artículos a la vez.
En mayo de 2005, menos de un año después de la inauguración de la Escuela de Negocios Tanaka en el Imperial College de Londres (Tanaka donó 27 millones de libras esterlinas a la escuela de negocios), Tanaka y Vilar fueron arrestados. El motivo del arresto fue la declaración de uno de los antiguos clientes de Amerindo Investment de que Tanaka y Vilar le habían robado $ 5 millones.
En 2006, se les acusó del hecho de que cuando las acciones de Amerindo Investment cayeron en valor, los socios robaron dinero de los clientes para pagar sus facturas. Los fiscales argumentaron que Amerindo invirtió en acciones de riesgo en contra de los deseos de sus clientes, ofreciendo a los inversionistas un producto ficticio en depósitos a tasa fija.
Harry Tanaka fue absuelto de 9 de los 12 cargos. No obstante, los tres cargos restantes fueron suficientes para que Tanaka fuera condenado a cinco años de prisión en 2010. Y en 2014, el tribunal agregó a estos cinco años otro año mas después de la apelación.
Alberto Vilar, socio de Tanaka en Amerindo Investment, acabó en prisión por diez años.
No tengo la oportunidad de investigar en detalle cómo exactamente el fraude de Tanaka se relaciona con su gesto filantrópico hacia su alma mater, alias Imperial College London, que logró crear su propia escuela de negocios precisamente gracias a Tanaka. Pero el hecho de que no pueda no haber conexión es bastante obvio. ¡Aquí no hay lugar para personas extrañas! Para hacer lo que hizo, Tanaka para el Imperial College de Londres tenía que ser uno se los suyos. Y no solo porque estudió allí. Esto no es nada. Luego todo esto pasa sistemas de filtros muy especiales que reconocen de quién pueden aceptar donaciones e incluso asignar su nombre a la Escuela de Negocios, y dónde sería mejor tener cuidado. Demasiado prestigioso es, recalco, el Imperial College London. Y solo para mostrarlo he distraído temporalmente su atención de los detalles inmediatos de lo que se llama la epopeya del COVID-19.
En 2008, la escuela de negocios del Imperial College London, construida con dinero dudoso de Tanaka, cambió su nombre de Tanaka Business School (no todos los que dan donaciones consiguen que la estructura que use su dinero después lleve su nombre) a Business Escuela del Imperial College de Londres. El cambio de nombre probablemente se debe a Tanaka no pudo evadir todos los cargos de fraude contra él. Aunque el Imperial College, por supuesto, negó que el cambio de nombre se deba a esto.
Como informó el periódico London Student en septiembre de 2008, “El cambio de nombre ha generado especulaciones de que el Imperial College quiere distanciarse del Dr. Tanaka, quien fue acusado de fraude en 2005. Un portavoz de la universidad dijo que no había ningún vínculo entre los cargos y la decisión de cambiar el nombre“.
Bien. Primero, por supuesto que hay conexión. En segundo lugar, nadie jamás la reconocerá. Y en tercer lugar, cuando dicen esto, enfatizan el papel del Dr. Tanaka. Dicen: “No nos apartaremos de él ni siquiera en estas condiciones. Porque cualquier desapego nos perjudica, y es una persona de la que no hay que desprenderse. Es un hombre con futuro”.
Cuando fue liberado, Tanaka regresó a sus negocios y a sus famosos establos de caballos de carreras. En cualquier caso, no hay razón alguna para anular la conexión entre el Imperial College London y la familia Tanaka. ¿Como de fuerte es esta conexión y si tiene algo que ver con el COVID es una cuestión aparte. Pero incluso si la historia con Tanaka es solo una nota al margen de mi investigación (y empiezo por esto, enfatizo, por el principio), incluso entonces esa nota tiene sentido y, por supuesto, es confiable. Y en la historia con el COVID le doy especial importancia a la autenticidad.
Bueno, y ahora sobre por qué el tema del Imperial College London requiere nuestra especial atención. Y lo requiere incluso antes de que comencemos a estudiar un grupo llamado Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI). Porque terminé el programa anterior con una mención de este CEPI y su papel especial. Y no lo he olvidado. Solo tengo que comenzar de manera diferente para que la historia de CEPI sea lo suficientemente clara.
No pretendo afirmar que el COVID-19 en sí se cultivó en las retortas de tal o cual institución. Puedo suponer esto. Puedo considerar esto como una hipótesis plausible, pero nada más que esto. Pero el hecho de que el Imperial College London fue la retorta de la que se nutrió el COVID-19 y otras iniciativas de Ferguson, Anderson y otros organizadores del éxtasis del COVID es absolutamente obvio para cualquiera que sea más o menos serio en el análisis de este éxtasis del COVID. Comencemos con un personaje llamado Anderson.
Roy Malcolm Anderson nació en 1947. En 1968 recibió su diploma de licenciado en zoología del Imperial College, que en ese momento formaba parte de la Universidad de Londres. Allí, en el Imperial College, Anderson obtuvo su doctorado en 1971. El área de su investigación fue la parasitología, su tesis se tituló “Estudio ecológico cuantitativo de los helmintos en el besugo común”.
Después de obtener su título en 1971, Anderson se convirtió en becario de biomatemática de IBM en Oxford y trabajó allí hasta 1973. De 1973 a 1977, Anderson dio conferencias sobre parasitología en el King’s College de Londres. En 1977 se trasladó al Imperial College London y dio conferencias sobre parasitología en esa institución hasta 1982. En 1982, Anderson, de 35 años, se convirtió en el profesor más joven del Imperial College London (su área de especialización es la ecología parasitaria). En 1984 se convirtió en presidente del Departamento de Biología del Imperial College.
En 1986, Anderson fue elegido miembro de la Royal Society (análoga a la Academia de Ciencias). Desde 1989, Anderson comenzó a interactuar con Wellcome Trust, el que en 2017 será el cofundador de CEPI. En 1989, Wellcome Trust estableció en el Imperial College London el Centro Wellcome para Infecciones Parasitarias. Y Anderson se convirtió en el director de este Centro.
En 1991, los vínculos de Anderson con Wellcome Trust se fortalecieron aún más. Anderson se convierte en uno de los Fideicomisarios de Wellcome Trust (a la Junta de Fideicomisarios en ese momento entraban personas físicas). Y cuando en 1992 se estableció Wellcome Trust Limited como el único fideicomisario de Wellcome Trust, Anderson y otros fideicomisarios se unieron a la junta directiva, donde Anderson permaneció hasta 2000.
Ahora dejaremos a Sir Roy Malcolm Anderson por un momento para revisar qué es este Wellcome Trust.
En primer lugar, esta es exactamente la organización que en 2017 junto con la Fundación Bill y Melinda Gates, un consorcio de varios estados y etc., se convirtió en uno de los cofundadores del mismísimo CEPI que más nos interesa. Así que ya llegamos a CEPI. Uno de cuyos fundadores fue Wellcome Trust. ¿Por qué estamos tan interesados en CEPI? Porque precisamente a CEPI previamente se le asignaba el papel del principal creador de la vacuna contra el COVID-19. Hablaron de ello como dos y dos son cuatro: “nos salvará CEPI” del COVID-19. En realidad, no había COVID aun, pero el papel de CEPI ya se había determinado.
Pero no comprenderemos bien a CEPI hasta que todo el complejo de eventos de gran alcance que acompañaron la aparición de CEPI aparezca en nuestro tablero analítico.
Para crear un tablero multifactorial como este, debe ser paciente y mirar a los cofundadores de CEPI, como Wellcome Trust.
Esta es la breve historia de esta organización, al frente de la cual durante casi diez años estuvo el organizador de una serie de alarmas extáticas irrazonables sobre otras infecciones, la última de las cuales, pero no la única, es el éxtasis del COVID de este mismo señor Roy Malcolm Anderson. Entonces, ¿que es este Wellcome Trust con el que Anderson está tan fuertemente asociado?
Erase una vez un tal Sir Henry Solomon Welcom, un empresario británico nacido en los Estados Unidos. En 1880, este mismo Welcom, junto con su colega Burroughs, fundó la empresa farmacéutica Burroughs Wellcome and Co. Este esfuerzo no fue el único de Sir Henry. Y en 1924 fundó el holding Welcome Foundation con el fin de consolidar todos sus activos bajo un mismo techo corporativo.
En 1936 este eminente farmacéutico falleció. Welcome era un hombre práctico y conservó su practicismo hasta la hora de su muerte. Antes de su muerte, decidió crear una organización benéfica: la Fondo Wellcome Trust. Wellcome Trust se convirtió en el único accionista del holding Welcome Foundation. Por la decisión de Sir Henry Wellcome Trust llevaría a cabo investigaciones médicas por cuenta de los beneficios de su negocio farmacéutico.
Y luego todo comenzó a desarrollarse de la siguiente manera. Durante las dos primeras décadas, hasta 1952, el Wellcome Trust existió de forma modesta. Pero en el período de 1952 a 1986 logró aumentar el volumen de negocios unas cincuenta veces, de 10 a 500 millones de libras. Gran parte de este salto se debió a que Wellcome Trust financió nuevos medicamentos y varias de sus inversiones tuvieron éxito.
En 1986 el holding Welcome Foundation sale al mercado de valores con el nombre de Wellcome PLC. Recuerde que hasta este momento el único accionista de Welcome Foundation era Wellcome Trust.
Pero en 1986 Wellcome Trust vendió el 25% de sus acciones del holding Welcome Foundation. Y en 1992 se vendió otro 35% de las acciones. Y en 1995 Wellcome Trust vendió su participación restante del 40% en Wellcome PLC a la compañía farmacéutica Glaxo. Como resultado se formó la compañía Glaxo Wellcome y Wellcome Trust recibió una parte de las acciones de esa empresa.
A principios del siglo XXI como resultado de la fusión de Glaxo Wellcome y SmithKline Weesham nació un monstruo llamado GlaxoSmithKline o GSK.
Con el fin de diversificar sus inversiones, Wellcome Trust vendió 100 millones de acciones de GSK en 2001 por 1 billón 780 mil libras esterlinas, quedando en una posición “modesta” de 50 millones de acciones.
GSK no es exactamente la compañía más grande, pero tampoco pequeña. GSK tiene una capitalización de mercado es solo £ 82,8 mil millones o $ 105 mil millones.
Cuando digo “solo” no estoy bromeando. Porque hay monstruos farmacéuticos con una capitalización incomparablemente mayor. Pero esta capitalización, como comprenderá, no es pequeña en absoluto.
Pero no se trata de capitalización. O no solo de ella. GSK se especializa en la creación de vacunas. Por tanto, cuando decimos que “nos salvara” este mismo CEPI, establecido por Wellcome Trust, que está estrechamente relacionado con GSK, ¿significa esto que GSK nos salvará? Ésta es una hipótesis audaz, pero como veremos un poco más adelante, es bastante confiable. Y si es así, vamos a tratar más a fondo con GSK y otros.
Entonces, GSK se especializa en la creación de vacunas. Y vende sus productos con excesiva brusquedad. Esto no son mis insinuaciones, sino un hecho indudable, que consiste en que en 2012 GSK se declaró culpable de delitos. Se trataba de proporcionar información falsa o incompleta en la promoción de medicamentos para la diabetes, antidepresivos y otros medicamentos.
Al aceptar declararse culpable de tales delitos (y este es un caso difícil de declararse culpable), la compañía pagó hasta $ 3 mil millones. Piense, esta es una empresa muy rica, debe pagar una locura. Para ella lo mejor es no declararse culpable. Entonces, ¿cuán graves eran estos hechos? ¿Qué tan agresiva es en promoción especial de sus productos médicos? No importa si se trata de diabetes o COVID. Cuando alguien hace venta fraudulenta, lo hace con todos sus productos. Así es la naturaleza de esta empresa. La manipulación de GSK en promoción de sus productos es reconocida por los expertos como el mayor fraude en la atención médica y farmacéutica de la actualidad. Este es el GSK que tenemos, que nacido del Wellcome Trust, donde prosperan Sr. Anderson y otros, así como el Imperial College London. Así es de famoso por su agresividad.
A alguien puede parecer que yo me apresuro a establecer conexiones entre el pasado y el presente. Pero todavía no creo conexiones. Simplemente hablo del pasado para que no esté completamente divorciado del futuro. Y al final, si una empresa con 100 mil millones de capital es campeona en el campo de las actividades fraudulentas en la promoción de medicamentos y otros negocios farmacéuticos similares, si al mismo tiempo esta empresa está asociada con aquella en cuya dirección entra el Sr.Andersen y que inflaba todo este pánico alrededor del COVID-19 y montó CEPI junto con un fondo relacionado con esta empresa, entonces, ya ve, esto ya es mucho.
En septiembre de 2019, el valor de los activos de Wellcome Trust superó los $ 36 mil millones.
Y todo este puño financiero, un puño blindado, que, como pudimos ver, de ninguna manera tiene un enfoque filantrópico, sino que es capaz de ganar dinero rápidamente, lo cual es muy importante, ¿se centra en qué? Ganar terreno en materia de vacunaciones. Nuevos medicamentos en general y vacunas en primer lugar.
Según todos los datos oficiales, Wellcome Trust es una de las fundaciones benéficas más grandes en términos de capacidad financiera. Que está asociada con una organización muy específica, en absoluto benéfica, sino que con un gigante farmacéutico GSK responsable del mayor fraude. ¿Y quién ha estado en el liderazgo de Wellcome Trust a lo largo de los años? El Sr. Anderson, quien contrató al Sr. Ferguson para un alarmismo epidémico seudo-matemático.
Volvamos a la biografía de Anderson. Entonces, en 1992, Anderson es miembro de la Junta de Gobernadores de Wellcome Trust Limited y es uno de los gestores hasta 2000.
En 1993 Anderson deja el Imperial College de Londres, dimite como director del departamento de Biología, así como del puesto de Director del Wellcome Centre for Parasitic Infections, para trasladarse a Oxford.
Es nombrado jefe del Departamento de Zoología de Oxford, también da conferencias en Merton College, una de las universidades más antiguas de Oxford, creada en el siglo XIII por el destacado aristócrata inglés Walter de Merton, obispo de Rochester, quien se desempeñó como canciller bajo los reyes Enrique III y Eduardo I, y luego decidió dedicarse a la enseñanza y educación de la élite inglesa.
El traslado de Anderson a la Universidad de Oxford impulsó la creación del Centro Wellcome para la Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en esta universidad. En el mismo 1993 Anderson dirigió este Centro. Y en 1994, el centro recibió cinco importantes subvenciones del Wellcome Trust. Como recordamos, Anderson era uno de los gerentes de Wellcome Trust en ese momento.
En 1998 Anderson fue reemplazado como jefe del Departamento de Zoología por Paul Harvey; recordaremos este nombre. Al mismo tiempo, Anderson siguió trabajando en Merton College como investigador. También continuó dirigiendo el Centro Wellcome para la Epidemiología de Enfermedades Infecciosas.
Y en 2000 la carrera de Anderson dio un giro brusco: tuvo que dejar su cátedra de Oxford con un escándalo, el puesto de director del Centro Wellcome de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas encabezado por él y desde la Junta de Gobernadores de Wellcome Trust.
En realidad el escándalo lo empezó el propio Anderson, alegando que una colega llamada Sunetra Gupta, quien recibió un puesto en Oxford, supuestamente obtuvo este puesto gracias a una relación inapropiada con Paul Harvey, el sucesor de Anderson como jefe del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.
No se sabe si Anderson quería comprometer a Harvey y hacer que renunciara para volver a ocupar el cargo él mismo, o si lo impulsaba otro motivo. En cualquier caso, su ataque a Gupta y Harvey resultó en dos investigaciones internas.
Y si la primera investigación, iniciada por la Universidad de Oxford, se refería a si Anderson había difamado a Gupta, la segunda se refería a los negocios de Anderson. Además en esta investigación participaron ya no solo Oxford, sino también Wellcome Trust. Como resultado, Oxford y Wellcome Trust concluyeron que Anderson retuvo información sobre las actividades comerciales de la empresa consultora biomédica International Biomedical and Health Sciences Consortium (IBHSC) que generaba un conflicto de intereses para él como profesor en Oxford y como miembro de la junta directiva de Wellcome Trust.
Tras este escándalo la revista Nature publicó un artículo que hablaba de la necesidad de reformar la junta de gestión del Wellcome Trust para incrementar su transparencia:
“El Wellcome Trust puede legítimamente pretender ser el salvador de la biomedicina británica. Sin su generosidad Gran Bretaña a finales de la década de 1990 seguramente se habría convertido en una potencia biomédica de segunda categoría. En cambio, los laboratorios financiados por Wellcome estaban desarrollando ciencia, y el énfasis de Wellcome Trust en salarios más altos y oportunidades profesionales para los investigadores avergonzó al gobierno del Reino Unido, que tomó medidas.
… algunos de los amigos de Wellcome Trust lo instan a considerar emprender reformas internas para proteger su reputación. En cierto sentido, Wellcome Trust se está convirtiendo en víctima de su propio éxito. Con una gestión de inversiones práctica, la capacidad de gasto y el impacto de Wellcome Trust han crecido de forma espectacular en los últimos ocho años. Pero las estructuras de gobierno y los procedimientos que eran apropiados para una organización benéfica de tamaño mediano pueden no ser apropiados para un gigante que, trabajando con el gobierno como un socio igualitario, ayuda a guiar la política científica del país” .
Nature Medicine afirma que las investigaciones internas han dividido a la Universidad de Oxford. “Hubo algunas votaciones devastadoras”, recuerda Neil Ferguson, que entonces trabajó bajo el mando de Anderson en el Departamento de Zoología de Oxford. “El Departamento de Zoología le dio a Roy un voto de desconfianza, mientras que la mayoría del personal del Centro lo apoyó, el ambiente era terrible“.
Parecería que Anderson, que dejó Oxford con un escándalo y perdió su puesto como gerente de Wellcome Trust, estaba condenado a convertirse en persona non grata en la comunidad científica. Sin embargo, su estatus en la comunidad internacional de enfermedades infecciosas no ha cambiado.
Según Simon Levin, un reconocido biólogo evolutivo y biomatemático de la Universidad de Princeton, Anderson hizo una contribución muy significativa en esta área tanto al preparar una nueva generación de científicos como al ser, de hecho, un líder para la comunidad científica internacional en esta área.
“Anderson fue una de las figuras clave en la creación de formas completamente nuevas y poderosas de estudiar la dinámica de las enfermedades”, dice Levin. “Sus enfoques matemáticos … revolucionaron el campo“.
A pesar del escándalo, Anderson no se convirtió en un paria no solo en la comunidad científica internacional, sino también en su tierra natal, en el Reino Unido. Después de dejar Oxford pronto se trasladó al nuevo departamento de epidemiología del Imperial College London. Y muchos colegas de la Universidad de Oxford lo siguieron.
Como informó The Guardian el 2 de septiembre de 2000, junto a Anderson se fueron el profesor Brian Spratt que se especializa en infecciones bacterianas, y el profesor de virología Joff Smith. Estos profesores y Anderson se llevaron a 80 científicos de Oxford a Londres. Y junto a ellos se fueron las subvenciones por valor de 7 millones de libras esterlinas de Wellcome Trust. “80 personas harán una gran mella en la reputación de Oxford y los ingresos por investigación“, dijo uno de los que se fueron.
El eco de este conflicto de larga data se convirtió en una intensa rivalidad actual entre el grupo de investigación de Oxford, en el que la profesora de Epidemiología Teórica Sunetra Gupta es una colaboradora clave, y el grupo del Imperial College London, dirigido por Ferguson y Anderson.
Ambos grupos crearon modelos para predecir el desarrollo de la situación con el COVID. Y estos modelos tienen diferencias fundamentales.
En primer lugar, el Imperial College introduce diferentes tasas de mortalidad para diferentes grupos de edad de la población: desde el 0,002% (dos milésimas de un por ciento) para los niños menores de 10 años hasta el 9,3% para las personas mayores de 80 años.
El modelo de Oxford utiliza una tasa de letalidad mucho más baja del 0,14%.
Además, Oxford e Imperial College están buscando respuestas a diferentes preguntas. El modelo del Imperial College responde a la pregunta de cómo las estrategias de mitigación y supresión afectarán la curva epidémica de COVID-19. Y el Modelo de Oxford responde a la pregunta si el COVID-19 ya está diseminada entre una parte de la población.
La respuesta de los investigadores de Oxford es: “La epidemia en curso en el Reino Unido e Italia comenzó al menos un mes antes de que se registrara oficialmente la primera muerte, y ya ha llevado a la acumulación de una serie significativa de inmunidad colectiva en ambos países”. En consecuencia el modelo de Oxford carece de aquel alarmismo que está presente en el modelo de Ferguson-Anderson.
Cuando en 2001 en el Reino Unido estalló la epidemia de fiebre aftosa, el gobierno se basó en gran medida en los pronósticos de Anderson sobre modelos matemáticos para las epidemias. Nos detendremos en esta historia en detalle un poco más adelante.
En 2003 Anderson se unió al Consejo Científico de Grand Challenges in Global Health (GCGH). Recordemos que el iniciador de la creación de GCGH y uno de los cofundadores fue la Fundación Bill & Melinda Gates.
De octubre de 2004 a septiembre de 2007 Anderson se desempeñó como Asesor Científico Jefe del Departamento de Defensa del Reino Unido. En 2006, durante la celebración del 80 aniversario de la reina británica Isabel II, Anderson fue nombrado caballero.
El 1 de octubre de 2007 Anderson se unió a la dirección de GSK, donde obtuvo cargo de director no ejecutivo independiente y experto en ciencia y medicina. Anderson trabajó en la junta de GSK hasta 2018. Es decir, en el momento de la fundación de CEPI era miembro directivo.
En 2008 Anderson se convirtió en rector del Imperial College London. Una de las ideas que impulsó activamente como rector fue la creación de una sucursal del Imperial College en el extranjero. Según The Independent, Anderson consideró el Golfo Pérsico como el lugar más atractivo, sobre todo Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) y Qatar. Anderson creía que si el Imperial College establecía una sucursal en Qatar, se concentraría en las especialidades de ingeniería relacionadas con la exploración de petróleo y gas.
Pero el Imperial College también estaba considerando a China e India. E incluso comenzó negociaciones con instituciones en Delhi, Mumbai y Calcuta sobre la disposición de ayudar a India en la creación de una escuela de medicina.
Como señaló The Independent, “Anderson se esfuerza por hacer que el Imperial College sea más independiente del gobierno participando hábilmente en varios proyectos comerciales“.
Pero en el puesto de rector Anderson no duró mucho, un poco más de un año. Su salida del cargo de rector en noviembre de 2009 fue una sorpresa para muchos. Motivación oficial para irse fue: “Deseo de volver al interés principal: actividades de investigación” .
Sin embargo, The Lancet llama a la salida de Anderson un golpe de palacio: “Los informadores en el Imperial College señalan que tras su renuncia hay un golpe de palacio, ya que los órganos de consejo de gobierno actuaron bajo presión de las quejas sobre el estilo de gestión de Anderson“.
Anderson es partidario de la privatización de las universidades estatales de élite y de un fuerte aumento del costo de la educación en ellas. Hasta la fecha, la lista de insignias de Roy Anderson es la siguiente. Él es:
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Profesor de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en la Escuela de Salud Pública, Escuela de Medicina del Imperial College London;
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Director del Centro de Investigaciones sobre Enfermedades Tropicales Raras;
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Fideicomisario del Museo Nacional de Historia;
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Miembro del Consejo de Becas de la Fundación Nacional de Investigación de Singapur;
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Miembro del Comité Asesor Internacional de la Agencia Nacional de Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología de Tailandia;
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Miembro de la Junta Asesora de Biotecnología de Malasia;
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Presidente de la consultora internacional Oriole Global Health;
Y también es miembro del Junta Asesora Internacional de la consultora Hakluyt and Company Ltd.
The Times escribe sobre esta compañía que es una agencia de inteligencia británica privada, “cuyo personal consiste casi en su totalidad en ex oficiales de inteligencia“.
Ahora pasemos a otra figura estrechamente asociada con Anderson: Neil Ferguson. Fue educado en dos universidades de Oxford. En el primero de ellos – Lady Margaret Hall College – estudió física teórica de 1987 a 1990, al finalizar esta etapa de formación recibió una maestría.
Luego continuó sus estudios de física teórica en otra universidad en Oxford – Linacre College, allí sus estudios duraron desde 1990 a 1994. En 1994 Neil Ferguson defendió su doctorado sobre “Interpolación continua desde superficies cristalinas a superficies aleatorias dinámicamente trianguladas”. Su asesor científico fue el profesor John Witter, que trabajó en el Departamento de Física de la Universidad de Oxford. Como dijo Witter a Business Insider, “Neil fue uno de mis mejores estudiantes. Es un tipo muy talentoso y trabajó muy duro” .
Muchos creían que Ferguson continuaría dedicándose a física después de esto. Sin embargo, tras defender su tesis, no siguió con la física, sino que cambió esta disciplina por la biología matemática con una especialización en el campo de la epidemiología. ¿Por qué? Porque Ferguson fue descubierto por Sir Roy Malcolm Anderson, de quien ya hemos hablado.
El propio Anderson se dedicaba tanto a la zoología como a las enfermedades infecciosas. Pero involucró a Ferguson como matemático que tuvo que hacer la transición de la interpolación de superficies aleatorias trianguladas a la interpolación y extrapolación de lo que está asociado con el desarrollo de enfermedades infecciosas.
Recuerdo que interpolación es cuando nosotros sabemos que pasa en este caso u en el otro y que es lo que puede haber en el intervalo. Esto se estudia no tan a menudo. Y la extrapolación es cuando sabemos que hay aquí y aquí y tenemos que predecir que es lo que pasará allí. Esto es el pronostico, lo mismo es extrapolación, solo que no de las superficies trianguladas, sino de nuestros destinos y epidemias.
Ferguson no recibió ninguna educación en el ámbito del desarrollo de enfermedades, epidemias, etc. Aunque, por supuesto, siendo una persona extremadamente ágil, rápidamente se dio cuenta de todo este asunto después de que Anderson lo descubrió y contrató al Sr. Ferguson para un alarmismo epidémico seudo-matemático.
Este alarmismo fue llevado a cabo por Anderson y Ferguson de manera bastante consecuente. Todo el tiempo, desde el lejano 1996, cuando se produjo una alarma por la llamada enfermedad de las vacas locas, estamos lidiando con los mismos autores. Hay muchas publicaciones que hablan de esto en el sitio web del Imperial College London. Repito, no en algún periódico de sucesos, sino en la web de este Imperial College London.
Paralelamente a esto, Ferguson se publica con extraordinaria fecundidad en las actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América. Esta importante organización nacional de los Estados Unidos, que por cierto, fue formada ya en 1863 por una ley del Congreso de los Estados Unidos. El acto fue firmado por el propio presidente Abraham Lincoln. La Academia, como se indica en su sitio web, está fundada para brindar a la nación una opinión independiente e imparcial sobre temas relacionados con la ciencia y la tecnología. Ella a su vez fundó en 1964 la Academia Nacional de Ingeniería. Y en 1970 la Academia Nacional de Medicina. Ahora las tres academias funcionan como una sola unidad y este conjunto se llama Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.
Una y otra vez, el Congreso de los Estados Unidos y la Casa Blanca emiten leyes y decretos que confirman el papel único de esta trinidad, cuya parte médica ha abierto los brazos al autor de esta locura de COVID, al Sr. Ferguson. Lo cual, recalco de nuevo, no tiene ninguna relación directa con la medicina, pero predice todo lo que puede. Y no solo sin romper, sino estrechando sus lazos con Anderson, quien si está relacionado con la medicina.
En 2001 Ferguson y Anderson desataron el pánico por la epidemia de fiebre aftosa en el Reino Unido. Faltan 19 años hasta el COVID.
En 2002 el Sr. Ferguson por este trabajo, completamente deficiente y con resultados que no tienen nada que ver con la realidad, fue galardonado… con la Orden del Imperio Británico.
¿Por qué recibió un premio tan alto? Por proponer sacrificar no solo aquel ganado que estaba infectado con el virus, sino también los que se encontraban en las fincas vecinas, incluso en ausencia de signos de contagio. No hay infección, pero sacrifique su ganado.
Ferguson y Anderson argumentaron que, aquí quiero decir que de momento solo era el ganado y no a las personas, así que todo aun está por delante… Así que Ferguson y Anderson argumentaron que “la matanza masiva es, lamentablemente, la única forma de controlar esta epidemia británica y ahora se necesitan medidas de control para reducir el número de casos y garantizar que la epidemia sea erradicada“.
Posteriormente, en 2006 y 2011, se publicaron dos informes de científicos de diferentes universidades, que decían que el modelo no reflejaba el cuadro real de la epidemia.
¿Quién habló de esto? ¿Quién inició estas revelaciones? Por cierto, más que convincentes. ¿Lo hizo algún oponente marginal ocioso, que no se responsabiliza de nada y no entiende nada de lo que está pasando? No. Sobre esto empezó a hablar la Organización Mundial de Sanidad Animal.
La historia de esta organización demuestra que es extremadamente competente. Ya en 1924, mediante un acuerdo internacional, se creó la Oficina Internacional de Epizootias, es decir, de enfermedades de animales. Se llamó Office International des Epizooties (OIE). Posteriormente, en mayo de 2003, esta oficina se convirtió en la Organización Mundial de Sanidad Animal, pero mantuvo el nombre histórico OIE.
La OIE está reconocida por la Organización Mundial del Comercio como un centro de excelencia. La OIE publica la revista Revue scientifique et técnica (REV SCI TECH OIE), que en 2006 publicó, en un informe de Richard Kitching, Michael Trusfield y Nicholas Taylor, una evaluación devastadora de las maquinaciones de Anderson-Ferguson. El informe se tituló “El uso y abuso de modelos matemáticos: una ilustración de la epidemia de fiebre aftosa de 2001 en el Reino Unido”.
Los científicos afirmaban que “el modelo de Ferguson y otros, presentado al Grupo Científico a fines de marzo fue probablemente el más influyente en la toma de decisiones temprana, en particular la introducción como estrategia principal la introducción de la política preventiva de sacrificio contiguo”, es decir el sacrificio del ganado.
Al mismo tiempo, según los científicos, “los modelos no eran adecuados para predecir el desarrollo de la epidemia y el efecto de las medidas para combatirla”, ya que no tenían en cuenta una serie de factores, en particular, la tasa de propagación de la epidemia entre las diferentes especies y la composición de especies de los animales en las granjas. Los autores insistieron en que el modelo de Ferguson provocó una devastadora y excesiva matanza preventiva del ganado.
Repito de nuevo: todo esto se desarrolló en 2001, 19 años antes del COVID. Son infractores reincidentes con experiencia en la organización de los éxtasis.
Por tanto, es bastante legítimo preguntar quién se benefició de esta masacre. El ganado se cría para vender carne a los consumidores. Si los granjeros británicos no venden la carne al consumidor británico, entonces alguien la está vendiendo de todos modos. Porque el consumidor británico come carne. Entonces, ¿quién lo vende? ¿De quién es la carne que reemplaza a la carne del ganado sacrificado en el Reino Unido por consejo de Ferguson y Anderson? ¿Qué empresa extranjera competidora se ha regocijado por la destrucción de un competidor británico con ventaja en el mercado interno (lo cual es normal)? ¿Y cómo se relaciona la exageración en los pronósticos con la lucha competitiva? Después de todo, ¡no puede no estar conectada si el pronóstico es flagrantemente exagerado! ¿En interés de quién funcionaba ya entonces el vínculo alarmista Ferguson-Anderson? Además que en este vinculo el papel principal de Anderson es obvio. Anderson, a diferencia de Ferguson, dirige los negocios más importantes en el Wellcome Trust, que luego se fusionará en éxtasis con Gates y otros y dará a luz a CEPI, nuestro “salvador” global del COVID.
Pero sacrificar ganado es una cosa y aplastar la economía mundial y las personas es otra. Entonces, ¿la matanza del ganado británico era un ensayo del COVID que mata la economía global y hace algo semejante con los humanos?
En 2011 en la misma revista la Organización Mundial de Sanidad Animal se publicó un informe de otro grupo de científicos respetables. El informe fue firmado por Leonard Mansley, Alex Donaldson, Michael Trussfield y Naomi Honhold. El informe se tituló “Estrés destructivo …” (recuerde este nombre, ¡eso es lo que está demostrando el COVID!) Estrés destructivo: matemáticas versus experiencia: el curso y la lucha contra la epidemia de fiebre aftosa del Reino Unido de 2001″.
En este informe, tanto científicos de campos relacionados como veterinarios (como Alex Donaldson de la Universidad de Edimburgo) revisaron la experiencia de la lucha contra la epidemia y concluyeron que el gobierno ordenó el sacrificio de millones de animales basándose en modelos “completamente erróneos”. El informe decía (las personas lo han analizado, realizaron su propia investigación comparativa, trabajaron durante mucho tiempo para presentar sus materiales al público):
“Modelos matemáticos (es decir, el modelo de Anderson-Ferguson. – S. K.) eran, en el mejor de los casos, estimaciones aproximadas que no podían diferenciar el riesgo entre granjas y, en el peor de los casos, proporcionaban una comprensión inexacta de la epidemiología de la fiebre aftosa. En última instancia, los modelos no lograron predecir correctamente el curso y la duración de la epidemia, ni de la efectividad tanto de las medidas tradicionales de contención como de las nuevas propuestas. Por lo tanto, fallaron las pruebas de refutación, comprobabilidad y utilidad.
La rápida adopción de modelos matemáticos no probados en la formulación de políticas, presentados sin equilibrar su aparente certeza numérica con la gama de increíbles suposiciones biológicas que contenían, ha llevado al descuido de los métodos tradicionales probados por generaciones de veterinarios. Kitching y sus coautores lo expresaron de esta manera: “La experiencia del Reino Unido es una advertencia saludable sobre cómo se pueden utilizar mal los modelos falsos en aras del oportunismo científico“.
Desafortunadamente, esta experiencia no se tuvo en cuenta.
Después se dice lo siguiente:
“Las consecuencias de la política de sacrificio sistemático de ganado fueron muy graves. No solo se mataron más de un millón de animales en más de 3 000 granjas (¡ve que escala! – SK) , sino que surgieron otros problemas, entre ellos (¡atención! ¿Esto no se parece a nada lo que ahora voy a enumerar? – S. K.) :
– desvío de recursos escasos (hablé anteriormente en relación con COVID-19 sobre desviar recursos escasos de cardiología, oncología, etc. – S.K.) de las tareas prioritarias de rastreo y rechazo de IP (es decir, locales infectados – esto es lo que había que detectar y después chequear al ganado – SK) , así como el seguimiento de CP (es decir, contactos peligrosos – S K) … ”
Todo esto no fue rastreado. En cambio, simplemente los llevaban a sacrificar por completo, y eso es todo. Traducido al lenguaje de la situación actual con COVID – en lugar de identificar a las personas que están infectadas, encierran a todos y ya esta. De momento encerraron…
Segundo:
“- un gran aumento en el número de cadáveres en espera de eliminación …”
Simplemente llenaron el espacio con estos millones de cadáveres, que, por cierto, tienen su potencial infeccioso en caso de que empiecen a pudrirse.
Tercero:
“- un aumento exponencial en el movimiento de vehículos y personal involucrado en la matanza, que probablemente haya contribuido a la propagación local de la fiebre aftosa”.
Es decir, empezaron a mover los vehículos y el personal para este sacrificio a tal velocidad que comenzaron a propagar la infección. En otras palabras, llenaron tanto los nuevos hospitales pseudoinfeccionistas que comenzaron a aumentar la infección.
Cuarto:
“- una disminución en el deseo de cooperar por parte de los agricultores que a veces conducía al retraso deliberado o inconsciente en la transmisión de informes sobre la sospecha de infección por temor a las consecuencias para los vecinos.”
En caso de detectarse el brote, el ganado fue destruido en un radio de tres kilómetros … Es decir, en el radio de tres kilómetros se encuentra el otro ganadero, ve que en aquella granja algo está mal, pero tiene miedo a denunciarlo porque su ganado también será sacrificado y donde todo está bien. Diciéndolo de otra manera, el miedo de una persona a buscar ayuda médica, porque será ingresado por el COVID en un hospital de enfermedades infecciosas, donde se contagiará. ¿No hay analogía? En mi opinión, completa.
Quinto:
“- un efecto extremadamente desmoralizador sobre la población británica en general y entre los agricultores en particular …”
¿No se parece a nada? Esto también tiene sus consecuencias.
Y sexto:
“- grave pérdida de datos epidemiológicos”.
Es decir, si reaccionáramos con normalidad, entenderíamos algo en este proceso de la fiebre aftosa, algo podría analizarse y entenderse en el proceso. Pero tomaron y simplemente sacrificaron todo el ganado, y no entendieron nada.
Pero eso no es todo.
El 28 de marzo de 2020 el diario Daily Mail cita los datos del profesor Michael Trussfield, uno de los coautores de esos artículos que cité anteriormente. Michael Trussfield, representante de la Universidad de Edimburgo, que es una institución educativa no menos autorizada que el Imperial College London, afirma que como resultado del uso del modelo y la recomendación de Neil Ferguson (y por lo tanto Anderson) durante la epidemia de fiebre aftosa en 2001 fueron sacrificados más 6 millones de animales, lo que llevó a la “devastación económica de las zonas rurales de Gran Bretaña”.
Esto ya es serio. En el lenguaje de otra época, similar pero otra, con diferentes principios de evaluación, esto se llamaba traición nacional. Socavar la economía de forma injustificada y así sucesivamente. Por esto no se daban Ordenes del Imperio Británico, sino mas bien otras cosas. Y cuando se entregan medallas, hay que preguntarse por qué. ¿Por qué esos 6 millones valían tanto, se sacrificaron y en su lugar vendieron algo distinto?
En una entrevista que salió el mismo día 28 de marzo de 2020 en The Telegraph, el profesor Thrasfield dijo que este episodio de fiebre aftosa era una advertencia sobre las limitaciones del modelado matemático y que tenía “una sensación de déjà vu cuando leyó el informe del Imperial College sobre el coronavirus del mismo Sr. Ferguson”.
¡Pero si todo se reduciría a lanzar un frágil puente desde 2001 a 2020! Entonces se podría decir que los competidores (sean de la Universidad de Edimburgo o no) demonizan a Ferguson. Pero Ferguson y Anderson, antes de dedicarse al COVID-19, participaron en predicciones específicas no solo en 2001.
Deshonrados de la manera más evidente en 2001 y habiendo recibido por ello la Orden del Imperio Británico, así como el ascenso correspondiente, que no puede dejar de causar nuestro desconcierto estratégico, Ferguson y sus compañeros publican el 14 de mayo de 2004 publican un artículo de pronóstico titulado “Riesgo para la salud pública por la epidemia de gripe aviar H5N1“.
En un artículo colectivo publicado en la edición de junio de 2004 de Science con coautoría, por supuesto, de los Sres. Ferguson y Anderson, se dice que una epidemia aviar podría desencadenar una pandemia mundial de un virus humano altamente patógeno. Crece esa transmisibilidad viral, es decir, la transmisión del virus. Y que esto debería resolverse con métodos extraordinarios.
Maravíllense con los gritos actuales sobre la creciente transmisibilidad del coronavirus. Cuán común se ha vuelto esta palabra aterradora. ¡Escóndanse debajo de las mesas y no saquen la cabeza, porque la transmisibilidad te está persiguiendo! Bueno, pues esto no surgió ahora, sino hace 16 años. Y no en relación con el ganado, sino en relación con las aves. ¿No da esto lugar a pensamientos tristes sobre la naturaleza de lo que está sucediendo?
Después en el articulo del 2004 se dice que la salvación de la transmisibilidad viral era emitir advertencias globales e implementar estrictas medidas de control global.
¡En el 2004 se dice esto! La salvación de la transmisibilidad del virus de los pajaritos está en advertencias globales y medidas de control estricto global.
Es decir, no se puede no notar que la preparación a la histeria alrededor del COVID iba a marcha forzada. Y que en la promoción de toda esta histeria, que luego se volverá en COVID y aplastará ya toda la economía mundial, además de dañar a las personas, se encuentra el mismo vínculo Ferguson-Anderson.
Por supuesto, Ferguson es un peón, igual que Gates. Por supuesto, Anderson, el Imperial College London, el Wellcome Trust y mucho más lo respaldan. Pero siempre se puede rastrear la gran estrategia por cómo se comportan aquellos a quienes los estrategas les han confiado el papel de los peones de salida. Al igual que Gates, repito. En un juego el peón que juega en primer lugar, primero es un peón, y en segundo lugar, es un peón muy importante. Y es muy indicativo, por lo que muestra puedes rastrear muchas cosas. Porque trabajando en primera línea de ataque, está expuesto.
Así que, la histeria con la fiebre aftosa se complementa con la histeria con la gripe aviar. Una vez más nos enfrentamos a un descarado sinsentido alarmista que apesta, cuya mala calidad no solo no merma las capacidades de su creador, sino que conduce a su ulterior ascenso.
A causa de Ferguson ya dos tonterías. El último es de 2004.
Y en 2007, Ferguson, que ya se ha mostrado de manera específica en el campo de dos falsas predicciones de epidemias, se coloca a dirigir un cierto Centro de Análisis de Enfermedades Infecciosas Globales (antes Centro de Análisis y Modelización de Brotes). Además, el creador de este Centro es el propio Ferguson.
Podríamos decir que importa qué centros puede crear un solo investigador, ahora voy y crearé uno. El problema es que Ferguson es solo el promotor de la creación de esta organización, que fue creada bajo el Consejo de Investigación Médica del Imperial College London.
¡Este Imperial College aparece una y otra vez! Por cierto, Ferguson es el director de este centro hasta el día de hoy. Y el curador de Ferguson, el Sr. Anderson, trabaja en el mismo centro. Trabaja en muchos sitios, pero en el centro también.
Así es como Ferguson, en la web del Imperial College London, describe su fatídico trabajo de fraude sin precedentes en el campo de las predicciones pseudomatemáticas del desarrollo de ciertas epidemias: “Mi investigación, dice Ferguson, tiene como objetivo mejorar la comprensión de los factores epidemiológicos y los procesos poblacionales que dan forma a la propagación de enfermedades infecciosas en las poblaciones humanas y animales“.
Y luego dice literalmente lo siguiente: “El enfoque práctico clave es el análisis y la optimización de las estrategias de intervención, destinadas a reducir la transmisión o gravamen de enfermedades. La mayor parte de mi trabajo es aplicable, es información para la formulación de políticas en el campo del control de enfermedades, implementadas por el gobierno y las agencias de salud globales“.
¿Recuerda las palabras “estrategia de intervención“? ¿Qué es esta “estrategia de intervención”? Esto es exactamente lo que mató a las víctimas de las cuarentenas, encerradas en sus apartamentos, por lo que murieron pacientes con diversas enfermedades, que no recibieron atención médica obligatoria, por lo que la gente se volvió loca, que de repente se encontró en una extraña situación de encierro en semi-prisión propuesta por una razón incomprensible, que también es una estrategia de intervención. Para evitar un gran problema, se necesita una estrategia de intervención. ¿Y cómo vamos a intervenir, ya no en la vida de los pájaros y las pobres vacas, sino en su vida y la de sus hijos?
En cuanto al hecho de que el trabajo de Ferguson sea de carácter aplicado y solo informa sobre algo, resulta especialmente misterioso cuando se trata de pronósticos que, por definición, no pueden informar sobre nada. ¿O qué, informa sobre las previsiones de los organismos estatales? No, informa sobre sus predicciones. ¿Qué tienen que ver las instituciones estatales con eso? Se esconde detrás de su prestigio. ¿O Ferguson quiere decir que alguien le dijo cuáles deberían ser los resultados del pronóstico? Pero entonces hay que entender quién le indicó estos resultados. Después de todo, no solo por el Sr. Anderson, Wellcome Trust y las grandes organizaciones que crearon Wellcome Trust. ¿Por alguien más?
El 20 de julio de 2007, el mismo Imperial College London, -en el que mi interés se ha vuelto ahora quizás más comprensible-, con la participación directa de Ferguson, para quien este colegio creó un Centro especial, emite un nuevo informe alarmista. Este informe se titula “Control del virus de la gripe aviar altamente patógena H5N1 en aves de corral en el Reino Unido”.
El informe dice: “Solo la vacunación nacional es significante, reduciendo el número final de infecciones entre 200 y 1000 IPs en los sitios designados. Incluso este efecto moderado se logra sólo cuando se vacuna el ganado en más de 2000 granjas”.
¿Qué se dice aquí en esencia? ¡Vacunación o muerte! ¿No es esto un anuncio de vacunas? ¿Y quién se ocupa de las vacunaciones? Wellcome Trust y GSK, entre otros. ¿Quién trabaja ahí? ¿Quién está involucrado en esto y cuál es la conexión entre esto y el Imperial College? Entonces, primero es la alarma con vacas y pájaros, y luego?
Alguien aprecia mucho la charla de Ferguson, quien desde marzo de 2012 ha sido el jefe del Departamento de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas del mismo Imperial College London.
Preguntarán: “Después de todo, ¿como se puede dirigir la cátedra de una institución prestigiosa sin la educación profesional, enfoque profesional en el campo que figura en el nombre de esta cátedra? Aquí Epidemiología de las enfermedades infecciosas. Si te dedicas a modelos matemáticos y no a epidemiología, ¿cómo puede dirigir este departamento?
Respondo: “Sí, en principio no se puede encabezar. Pero no en vano hay un dicho: “si no se puede, pero lo quieres mucho, entonces se puede”. Y aquí la pregunta principal es: quién necesita tanto a Ferguson y su ascenso para que lo imposible se vuelva posible. ¿Quién lo quiere tanto que, a pesar del “no se puede” esto pase?
Desde abril de 2014, Ferguson ha sido jefe de investigación en el Instituto Nacional de Investigación Médica del Departamento de Salud del Reino Unido. Este es un análogo literal de la estructura estadounidense llamada Institutos Nacionales de Salud (NIH), la estructura que ya hemos visto en detalle. Y al mismo tiempo, este Instituto Nacional de Investigación Médicas dependiente del Departamento de Salud del Reino Unido es el fondo de investigación clínica más grande de Europa.
Según las investigaciones de “Clinical Medicine Journal” editado por el Royal College of Physicians se estima que el presupuesto del Instituto Nacional de Investigación Médica a fines de 2016 es alrededor de £ 1 mil millones, o $ 1.248 mil millones. Por supuesto, esto no es 39 mil millones, como en los Estados Unidos. Pero también, ves, no es poco.
Pero lo principal no es el dinero, sino el estatus.
El 7 de septiembre de 2018, el semanario de la OMS cita el trabajo de Ferguson sobre vacunación de la población. ¿Que le parece tal ascenso de un simple especialista en extrapolaciones e interpolaciones en el campo de las superficies aleatorias trianguladas dinámicamente?
COVID se acerca, y con este enfoque, las capacidades de Ferguson crecen.
En 2019, Ferguson (lo enfatizo una vez más, yo sigo su rastro como el de un peón significativo) se convierte en el director y uno de los fundadores del Instituto Abdul Latif Jamil. Y nuevamente, no estamos hablando de una empresa que requiera agilidad organizacional individual, sino de algo más.
El Instituto de Análisis de Enfermedades y Emergencias Abdul Latif Jamil es una organización con base en algo. ¿En que? En el Imperial College London.
¿Y quién es Abdul Latif Jamil? Se trata del jeque que fundó la empresa en Arabia Saudita, que se convirtió ya en 1955 en el principal distribuidor de coches de la empresa japonesa Toyota. El jeque murió en 1993, pero su obra sigue viva. Y todo gira en torno a la venta de productos del mismo “Toyota”. Hay productos de consumo, electrónica y soporte de marketing, todo alrededor de esto. Cada vez aparecen más ramas de esta respetable empresa en diferentes partes del mundo. Repito, todo gira constantemente en torno a Toyota. Por alguna razón, los jeques tienen que promover a Toyota. Y por alguna razón, Toyota quiere que sus productos sean promocionados por esta empresa de Abdul Latif Jamil. Y estamos hablando de promoción en Turquía, China, Malasia, Argelia y otros lugares. Y en todas partes es necesario que opere precisamente esta empresa.
Poco a poco, el Toyota-centrismo de esta empresa disminuye ligeramente, pero no demasiado.
En 2013, la misma empresa “Abdul Latif Jamil” firma un acuerdo con la “Ciudad Económica del Rey Abdollah” para la construcción de fábricas que deberían producir automóviles japoneses. Poco a poco, la empresa empieza a mirar de cerca la energía solar y la producción de plantas desaladoras.
Y, como es habitual, la empresa tiene una estructura filantrópica. Se llama Comunidad Abdul Latif Jameel. O Community Jameel.
El Instituto, dirigido por Ferguson, se abrevia como J-IDEA o Instituto Abdul Latif Jameel de Análisis de Enfermedades y Emergencias. Y no fue Ferguson quien creó este instituto en asociación con el Imperial College London. Fue creado en asociación del Imperial College London y Community Jameel. Es decir, es una organización profundamente saudí-árabe, infinitamente rica e infinitamente conectada con Japón. Específicamente, con Toyota. Este es el tipo de socio que tiene el humilde Sr. Ferguson para crear una institución.
¿A que se dedica esta modesta institución con mecenas tan ambiciosos y específicos?
¿Cómo a qué? ¡Por supuesto que al coronavirus! Es decir, se ocupa de todo lo relacionado con el procesamiento de datos para la respuesta rápida a emergencias, a saber: epidemias, eventos climáticos extremos, desastres naturales y humanitarios. ¿Como no van a dedicarse al coronavirus?
Ya a principios de 2020, Ferguson comienza a impulsar lo que anteriormente llamó una “estrategia de intervención”. Es decir, algo que está dirigido a reducir la carga de transmisión de infecciones o enfermedades. Es decir, cuarentena total, que obviamente genera devastadoras consecuencias económicas, sociales, psicológicas, geopolíticas y otras.
Y el 16 de marzo de 2020, el grupo de Ferguson del Imperial College London dio a conocer su pronóstico (del que hemos hablado en el episodio 5), según el cual, de no tomarse medidas drásticas para combatir el COVID-19, la tasa de mortalidad por coronavirus en Reino Unido podría ser de 510 mil. personas, y en los Estados Unidos – 2 millones 200 mil personas. ¡La mortalidad!
A base de este pronostico (¿le parece que esto es extraño, o no? A mi, a lo mejor, esto también me parece extraño, pero es así), se introdujeron estrictas medidas de cuarentena no solo en el Reino Unido, sino también en los Estados Unidos, y ¡justo el mismo día, el 16 de marzo! (Ferguson dijo en una entrevista que entregó sus datos a los estadounidenses una semana antes de publicar su pronóstico). En Francia, Emmanuel Macron anunció la implementación de la cuarentena total un poco antes, el 12 de marzo (aparentemente, habiendo recibido también el pronóstico de Ferguson por adelantado). ¿Qué les parece esta imagen a escala mundial?
¿Quién más recibió este pronóstico? Nada separa a nuestra élite de la occidental. En el mismo Davos se pasean y no se privan de nada. Y nadie canceló la cooperación internacional. La Guerra Fría por si misma (algunos todavía tratan de afirmar que no hay nada de esto, pero ese alguien no es el Sr. Pompeo), y este tipo de cooperación internacional por sí mismo. Y Davos está por si mismo. Así que este pronóstico de Ferguson lo recibieron todos. Y todos reaccionaron de inmediato.
Y el 17 de marzo de 2020, el día después de la publicación del informe, el Imperial College recibió una solicitud del programador y activista por la libertad de información Julian Todd. La solicitud se basó en la Ley de Libertad de Información del Reino Unido de 2000. Todd solicitó que se publicara el código del programa de construcción de modelos y la documentación adjunta con la descripción de parámetros de construcción del modelo y cómo se trabajó con él.
Más tarde, en correspondencia con el Imperial College London, Todd señaló que el Imperial College estaba obligado a proporcionar a los desarrolladores de código experimentados la oportunidad de mirar los códigos del programa de Ferguson, que pusieron boca abajo todo el mundo. Y que brindar esta oportunidad podría salvar al mundo de muchos problemas, porque “al profesor Ferguson se le habría informado sobre las técnicas de codificación y corrección de errores que mejoraría significativamente la eficiencia del equipo” del profesor. Así de suave hablaron.
Programadores como Julian Todd e Irving Francis hacen sonar constantemente la alarma sobre la emisión de pronósticos deficientes basados en modelos pseudomatemáticos. Y exigen que esta simulación se someta al menos a algún tipo de control de expertos de la comunidad de desarrolladores de software. Por supuesto, dicen, esto no es posible si el producto está clasificado. Pero, ¿cuál es el secreto en el COVID? Parece que todo el mundo está interesado en minimizar los desastres provocados por este flagelo. Entonces, ¿por qué no compartir la información? ¿No pedir consejo? Una cabeza está bien, pero dos es mejor … No prestar atención alguna a estas solicitudes es imposible.
El 23 de marzo de 2020, Neil Ferguson, respondiendo a esta suave, pero muy peligrosa para él marca negra, que es la solicitud de los programadores al Imperial College London, dice en su Twitter lo siguiente: “Me doy cuenta de que a mucha gente le gustaría ver y probar el código del modelo para la pandemia, que usamos para simular la respuesta a las medidas contra COVID-19. Para aclarar, escribí código (miles de líneas de código C indocumentado) hace más de 13 años para simular una pandemia de influenza … ”
Y, por lo tanto, no puedo proporcionárselo – esto ya lo agrego yo . Porque está escrito de tal manera que nadie más que yo, Ferguson, puede leerlo, y fue creado hace un montón de tiempo. Una inocencia encantadora, ¿no?
Más tarde ese mismo día, Ferguson desarrolla su mensaje “a la ciudad y al mundo”, es decir, a la comunidad de programadores, y escribe: “Es un placer para mí anunciar que @Microsoft y @GitHub están trabajando con @Imperial_JIDEA y @MRC_Outbreak para describir, refactorizar y extender el código para que pueda ser utilizado por otros sin los muchos días de formación que se requeriría ahora (y que no podemos dar por falta de tiempo) … ”
Es decir, él informa de que las grandes empresas están empezando a limpiar tras él, a tapar sus huellas.
Entonces, en primer lugar, se refiere a Microsoft, es decir, a Gates, a quien es propio borrar todos esos rastros (y el hecho de que dejó esto.. no nos cuenten historias, todos estos que “abandonan” se quedan).
Y en segundo lugar, dice que su programa, en base al cual se puso el mundo boca abajo, ahora está siendo revisado. Refactorizan, amplían el código, etc. Y cuando lo reelaborarán, es decir, esconderán todos los cabos en el agua, entonces la comunidad de programadores podrá familiarizarse con la nueva edición, que nada tiene que ver con la anterior. O con uno muy retocado. Hasta entonces no se puede. Y no se sabe cómo será este programa después de su revisión. Mientras tanto, los cabos al agua. Porque todo está escrito no así, no entonces, es imposible leer, se tarda demasiado en enseñar, etc. ¡Mira cómo está esquivando la pregunta!
El 25 de marzo de 2020, Ferguson confirmó su intención de divulgar el código en una reunión del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes británica. ¡Aquí ya lo han pillado fuerte! De esa manera se puede acabar en la cárcel, el escándalo es demasiado grande y está demasiado “matematizado”. Es decir, está objetivado.
Y el 5 de mayo de 2020 estalló un escándalo que, en mi opinión, es muy, muy particular en relación con lo que hizo Ferguson. Pero eso tuvo sombrías consecuencias para Ferguson. Quizás, también porque llegó el momento de dejar al peón a la sombra para que la exposición de sus actividades no adquiriera un carácter excesivamente escandaloso.
En lugar de discutir la estafa de Ferguson e identificar a sus cómplices, patrocinadores, es decir, los verdaderos organizadores de la locura del COVID, la atención del público se dirigió a otra cosa. Al hecho que durante el autoaislamiento, Ferguson se reúna con su amante casada, que viene a su apartamento. Además el no dejó estos encuentros incluso después de contraer el coronavirus.
Se informó a la Sociedad que Ferguson, debido a la ambigüedad de su comportamiento, estaba avergonzado y decidió dimitir del Consejo Científico del gobierno británico. Si dimitió o no es una pregunta aparte.
El 6 de mayo de 2020, la comunidad de programadores, intimidada por los organizadores del éxtasis del coronavirus, decidió retirarse de la defensa profunda. Y no es así de fácil. Toda esta comunidad está conectada, primero. Y, en segundo lugar, la gente aquí se trata muy fácilmente. Saliendo de esta defensa profunda, desde el hoyo adonde se metió (a excepción de las personas que mencioné anteriormente), informó tímidamente a quienes aún no habían perdido por completo el juicio lo que exactamente piensa sobre la estafa de Ferguson y sus cómplices, estafa llamada el “éxtasis del coronavirus”, basado en la maquinación de un especialista en superficies aleatorias trianguladas dinámicamente, también es el galardonado señor Ferguson, un destacado experto, profesor, director de cátedra en disciplinas en las que no entiende nada, etcétera.
En nombre de cierto ingeniero de software de Google, que no quiso revelar su nombre, se publicó un artículo devastador criticando el código del Imperial College, también conocido como el código de Ferguson.
Se dijo lo siguiente: “El modelo del Imperial College (después les llamarán simplemente “Imperiales”, – SK) London , usando el enfoque estocástico … El Imperial College es consciente de este error, pero lo considera aceptable, y el autor dice que el Imperial College en “última instancia” actúa como si fuera una aleatoriedad inherente del universo, y no el resultado de la codificación amateur”.
Un experto bien informado dice que los “Imperiales”, es decir, los representantes del Imperial College London, en su polémica con Edimburgo, es decir, representantes de la Universidad de Edimburgo (una Universidad muy prestigiosa de la que ya les presente otros elementos de polémica), indicaron que “el problema desaparecerá si ejecutamos el modelo en el modo de un solo subproceso, es decir, utilizando un procesador de un solo núcleo que en realidad dibuja un solo escenario, y eso es todo“.
Además, se informa con ironía que los “Imperiales” (es decir, representantes del Imperial College London) ignoran el asombro de los especialistas de que el modelo se ejecute en modo de un solo subproceso utilizando un procesador de un solo núcleo.
“Uds. si quieren coman a la gente viva, ¡pero no toquen nuestras matemáticas!” – eso es lo que dicen. Y en respuesta a esto, a todos los que protestaron les dicen: “Esto, dicen, no es un problema, simplemente ejecute el procesador de un solo núcleo en modo de un solo subproceso muchas veces y tome el promedio”. En la máquina sumadora, ¿en qué se debe calcular el “promedio”?
Al mismo tiempo, el autor expresa especial indignación por el hecho de que los “Imperiales” “digan que no tuvieron tiempo para el desarrollo”.
Bueno, esto es demasiado, dice el autor del articulo… ¿Entonces no tuvieron tiempo? Si no tienes tiempo para entender lo que me está pasando, ¿me cortarás rápidamente la cabeza?
Además, el autor menciona el parámetro R0, o el número de reproducción básico, la tasa de reproducción básica, el número de reproducción básico (son distintos nombres de la misma cosa).
¿Qué se quiere decir? Esto se refiere a la cantidad de personas que se infectarán por una persona enferma típica (aquí es donde está la pregunta, ¿quién es una persona enferma típica? ¿Se trata de una persona enferma grave o quién?), que se encuentran en un entorno completamente no inmunizado (intente encontrar uno así) en ausencia de cuarentena. Si R0 es mayor que uno, entonces en la etapa inicial el número de casos crecerá exponencialmente.
Dado que la presencia de personas con inmunidad reduce R0, entonces realmente se debe considerar un indicador diferente. Es igual a este mismo R0 menos la proporción de inmunizados.
Los expertos han discutido repetidamente lo especulativo que es este R0, que no se puede medir directamente en absoluto. Y también el hecho de que todo depende del modelo de infección. Y que los mismos datos pueden dar diferentes R0 dentro de diferentes modelos.
El autor, hablando claramente en nombre de los científicos de Edimburgo, asombrado por las acciones de los colegas del Imperial College London, dice que apoyarse en esta R0 puro, liberado de tales ajustes, se puede hacer solo volviéndose loco. O, como digo yo, con intenciones muy malignas. En concreto, el autor dice lo siguiente: “Aunque los representantes del Imperial College conocían las deficiencias de su modelo y no tuvieron la oportunidad de desarrollar uno mejor, lo finalizaron e implementaron allí la función de rastreo de contactos …”
Si en lugar de todo esto solo usara tacos, aún sería dicho más suavemente. Porque traducido de la jerga matemática, esto equivale a decir: “¿Qué demonios os pasa? ¡Habéis perdido el norte escandalosamente!”
El 16 de mayo, The Telegraph publicó un artículo en el que indicaba, con referencia a expertos, que el código del Imperial College es “completamente poco confiable” y es una “basura de errores”. En particular, la publicación citó a David Richards, cofundador de la compañía de tecnología WANdisco, quien llamó al código “una mezcla de errores que se parece más a un tazón de pasta cabello de ángel que a un producto de software finamente ajustado” .
El 18 de mayo (nos acercamos cada vez más al día de hoy, el día de liberación de Moscú), el centro analítico norteamericano The Heritage Foundation, publicó un informe del estadístico Kevin Dayaratna, quien junto a sus colegas analizó el código publicado del modelo del Imperial College. En el informe de The Heritage Foundation (no de cualquiera, sino del mas importante centro conservador estadounidense) se dice: “Según el modelo de loa Imperiales (así llaman firmemente ya al Imperial College London. – SK), el pronóstico de muertes por COVID-19 era de más de 500 mil personas en el Reino Unido y 2 millones de personas en los Estados Unidos (para octubre 2020), y en Estados Unidos morirá alrededor de 1 millón, a pesar del “distanciamiento social”.
Dicen: “¡Bueno, esto no es un pronóstico! Usted toma números completamente incorrectos, los conecta al algoritmo incorrecto, no tiene en cuenta ni la multifactorialidad ni la multicapa de los pacientes que están enfermos con diversos grados de gravedad, o todo lo demás, no ingresa ninguna corrección y luego da números locos. ¿Vamos a aguantarlo?”
¿Y cuánta gente, según estos pronósticos, deberían haber muerto en Moscú y en toda Rusia en general según el pronóstico de los “Imperiales”? Después de todo, nadie pensará que los “Imperiales” no tenían tales pronósticos. Sí, por supuesto que tenían. ¿Como podían no tenerlos? Y, por supuesto, fueron trasladados a Rusia, y rápidamente. El mundo es permeable, esta época es así.
Además, en el informe The Heritage Foundation se habla de la imposibilidad de la orientación hacia R0, que ya ha sido ridiculizada por programadores de la Universidad de Edimburgo y otras organizaciones competentes.
The Heritage Foundation, con un tacto conmovedor, declara que “El error del Imperial College consiste en que utilizan los mismos datos de entrada para diferentes escenarios, que proporciona resultados que difieren en 80.000 muertes en un lapso de 80 días”.
¿Con que se puede comparar tal afirmación? Con la atención de los especialistas en números complejos al hecho de que por alguna razón comenzaron a multiplicarlos como números ordinarios. Y que esto no puede dejar de causar una cierta conmoción delicada.
El profesor Ferguson sigue figurando en la dirección del Centro de Análisis y Modelado de Brotes como Jefe del Departamento de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas y en el Grupo Asesor de Investigación de Emergencias del Gobierno del Reino Unido.
Esto significa que dijo: “¡Me pillaron en algo malo, ¡me voy!” Le dicen: “No”. ¿Fue así aparentemente? ¿O se está llevando a cabo una investigación larga? ¿Cómo funciona esto realmente? No quiero absolutizar mis juicios, pero debo entender lo que está sucediendo.
Bueno, ahora propongo volver a ese comienzo de la historia del coronavirus, cuando de Ferguson y de sus increíblemente “sabias” predicciones se hablaba con una aspiración increíble, acompañada de cierta información bastante valiosa, que luego comenzaron a esconder bajo la alfombra.
( Continuará. )
Fuente (para la copia): https://eu.eot.su/2020/11/20/el-coronavirus-es-su-objetivo-autores-y-anfitriones-parte-vi/
Esta es la traducción de un artículo de Sergey Kurginyan, publicado por primera vez en el número 386 del periódico Essence of Time el 18 de julio de 2020 y el número 387 del periódico Essence of Time el 24 de julio de 2020.