La influencia estadounidense en América Latina en las últimas décadas se redujo considerablemente, dice el vicepresidente del Fondo Público Internacional “Centro creativo experimental” Yuriy Byaliy, según informa el corresponsal de la Agencia de Noticias Rossa Primavera el 21 de junio.
“En primer lugar, en los países clave como Venezuela, Bolivia, Argentina y Brasil se produjeron giros políticos importantes a la izquierda, a pesar del aparente debilitamiento de la influencia de Cuba. En segundo lugar se reveló que países competidores de EE.UU., sobre todo España, Portugal, Francia, Alemania, Italia y lo que es más importante, China y Rusia atribuyen a Latinoamerica un papel cada ves más destacado en el sector económico”. En lo que EE.UU. consideraba su “patio trasero” aparecieron demasiados extraños, que les eran incluso hostiles política e ideológicamente”, dijo Byaliy.
Acaso, “la actividad de estos “extraños” en este “patio trasero” tiene que ver con que alli hay mucho petróleo, y en caso de caer bajo el control estadounidense podrá jugar un papel decisivo en el establecimiento definitivo del dominio económico mundial de Estados Unidos”.
Por eso, según el experto, la estrategia actual de Estados Unidos hacia América Latina consiste en “hacer volver los países clave del continente al ‘establo estadounidense’ tanto en plan político, como económico, y convertir sus recursos naturales (sobre todo los recursos petrolíferos) en bases sólidas del desarrollo para la economía estadounidense. Esto es lo que ya se está realizando con tanto empeño a través de las “revoluciones blandas” en Brasil, Argentina y Venezuela”.
Byaliy considera que “la practica de presiones exteriores para organizar caos en los procesos políticos de América Latina son facilitados por las practicas de golpes revolucionarios, que como dijo un teorico “suelen adelantarse a la teoría”. Resulta que precisamente en América Latina siempre coexistíeron gran variedad de ideologías mutuamente incompatibles, incluso derechistas (desde fascismo hasta conservadurismo nacionalista), izquierdistas (del marxismo hasta maoísmo y guevarismo) con ideologías religiosas (catolicismo derechista hasta teología de la liberación). Además estas ideologías no se sucedieron una a la otra, sino que existieron simultáneamente y tuvieron que convivir dentro de un país a veces casi sin derramamiento de sangre y a veces de forma muy sangrienta.”
El experto también destaca alta estratificación racial y social en los países latinoamericanas, que caracteriza a la mayoría de los países del continente, y que dista de ser pacífica e idílica.
A principios de abril en Venezuela se iniciaron intensas protestas callejeras que se transformaron en enfrentamientos con la policía. El motivo de las protestas fue la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia venezolano de suspender de sus funciones al Parlamento, controlado por la oposición. El presidente Nicolás Maduro dijo, que el verdadero objetivo de la oposición era dar acceso a las empresas occidentales transnacionales a los recursos naturales del país, y exigió a Estados Unidos que dejara de apoyar la oposición. Según la Fiscalía los enfrentamientos callejeros dejaron más de 80 muertos y más de 1300 heridos.
En los últimos meses también hubo protestas en Brasil. La crisis política dejó a Michel Temer casi al borde de la destitución.
Fuente: Rossa Primavera News Agency