«Choque de civilizaciones» contra «El fin de la Historia»

Habíamos empezado nuestra discusión de las guerras conceptuales por el estudio del artículo de Francis Fukuyama «¿El fin de la Historia?». En este artículo Fukuyama introduce dos principios fundamentales del fin de la Historia. El primero es la victoria definitiva del liberalismo (y esto significa que el liberalismo toma el carácter universal). El segundo…mejor damos la palabra al propio Fukuyama: «…Japón, …al seguir los pasos de los Estados Unidos para crear una verdadera cultura de consumo universal, que ha llegado a ser tanto un símbolo como la base de soporte del Estado homogéneo universal».

Entonces el segundo principio es la cultura universal de consumo. Es decir, la fórmula de Fukuyama de hecho es así: LIBERALISMO + CONSUMISMO = FIN DE LA HISTORIA.

Se plantea una pregunta: ¿esta fórmula surgió como reacción a la muerte del comunismo y desintegración de la URSS (escenario Nº1)? ¿O esta fórmula ha sido utilizada como arma de destrucción del comunismo y desintegración de la URSS (escenario Nº2)?

Los liberales nos quieren hacer creer que se ha realizado el escenario Nº1. Como que los ideales comunistas cayeron por su propio peso, no sobrevivieron el encuentro con la realidad. Después de su muerte murió la URSS. Y entonces surgió la condición previa para la construcción del edificio de posthistoria, que se apoya en los principios universales del liberalismo y sobre la cultura universal del consumismo.

Pero nosotros entendemos, que todo pasó de otra forma. Que esta formula –LIBERALISMO + CONSUMISMO se imponía de forma agresiva a la sociedad soviética. En forma tan agresiva como en ningún lugar del mundo. Que esta agresión (es decir la guerra conceptual en toda regla) al no recibir resistencia ha llevado al resultado destructor correspondiente. Y solo entonces el agresor proclamó, que su arma no es un arma en absoluto, sino un fruto objetivo del desarrollo de la conciencia universal.

Porque ¿qué eran estas «reformas democráticas del mercado» de Gorbachov-Yeltsin? Era un liberalismo agresivo y un consumismo más agresivo aún.

¿Qué es lo que lanzó a la URSS al cenagal del regreso y degradación? Precisamente estas reformas.

¿Cuándo se proclamó el comienzo del «fin de la Historia», es decir la transición de todo el mundo a las vías de liberalismo y consumismo? ¡Después de que nos empezamos a hundir en esta ciénaga del regreso!

Así que no hay que presentar como desarrollo lógico de la humanidad a unas agresivas guerras conceptuales, que modelan el estado necesario de humanidad. Es como presentar a una persona con un cráneo destrozado con un bate de béisbol como “víctima de esclerosis pueril”…Muestras los huesos del cráneo roto. Pero se niegan a verlo y gritan, que la vejez tiene sus propias leyes y su muerte natural. Y a todos los que hablan del bate de béisbol los llaman conspiradores.

Ahora veremos otro arma conceptual, que al igual que las revelaciones de Fukuyama no es un estudio sobre el tema «hacia donde va el mundo», sino un instrumento para llevar al mundo a un estado necesario para los “conceptualistas”. Me refiero a Samuel Huntington, a este principal oponente de Fukuyama.

Muchos en el mundo admiraron simplemente el hecho de que ha surgido al menos algún oponente a Fukuyama. Aparte de esto ha resultado ser “útil” para la política bipartidista americana: en algún sentido el arma conceptual de Fukuyama se utiliza para la realización del proyecto liberal del mundo, y por esto a Fukuyama apelan mas a menudo los demócratas americanos. Y el arma conceptual de Huntington se utiliza para la realización del proyecto conservador de modelado del mundo, y por esta razón hacia Huntington apelan mas los republicanos americanos.

Pero… no nos precipitemos en ponerlo todo solo en estos cajones políticos. Intentaremos de momento entender como Huntington y sus seguidores se oponen a Fukuyama y a sus seguidores.

Indignados con el descaro de las declaraciones de Fukuyama sobre el fin de la Historia, los partidarios de Huntington exclaman: «¿Cómo que la Historia llega a su fin? ¿Y la expansión a otros mercados y recursos naturales, y qué hay del dinero publico, qué hay que destinar para el armamento, solo con la ayuda del cual podemos realizar esta expansión? ¿A esto también llega su final? ¡Pues no! Hay que explicar urgentemente y justificar la eternidad de los conflictos!»

Con todo esto a los partidarios de Huntington (para ser mas precisos a ciertas fuerzas que tienen intereses correspondientes y apetitos) les hacen falta no cualquier tipo de conflictos, sino conflictos a gran escala. Sin esto no pueden movilizar a su sociedad, hundido en el dulce coma de consumo, no recibirás sanciones para la carrera de armamentos, etc.

Así que hace falta un gran Enemigo. Y hace falta la movilización de la sociedad para exterminar a este enemigo. Entonces hace falta un conflicto en formato adecuado. Y además un conflicto duradero. Primero existe demanda para este conflicto, después la búsqueda del concepto, que demuestra lo inevitable de este conflicto, después se organiza el conflicto.

La secuencia era precisamente esta. Samuel Huntington trabajaba tranquilamente, desarrollando ideas de sus predecesores sobre el tema de historia de las civilizaciones… Pero llegó el momento, cuando sus ideas resultaron ser necesarias en forma de un nuevo arma conceptual. Y es precisamente entonces cuando un mediocre profesor se convierte en un proclamado supersabio, al gurú de la humanidad contemporánea.

El primer lanzamiento del concepto se hizo en el verano de 1993. Cuatro años después del “¿Fin de la Historia?» de Fukuyama, y también con una interrogación en el título, en la muy prestigiosa revista americana “Foreign Affairs” sale el articulo de Samuel Huntington “¿The Clash of Civilizations?” («¿Choque de civilizaciones?»), sobre la que enseguida empiezan vivos debates en todo el mundo. Y otra vez, al igual que el articulo de Fukuyama, medio año después sale traducido en Rusia. Exactamente igual que Fukuyama, Huntington enseguida transforma su modesto artículo en un voluminoso libro, en el título “The Clash of Civilizations and Remaking of the World Order” («Choque de civilizaciones y transformación de la orden mundial») en el que ya no hay interrogación.

Photo by Peter Lauth
Photo by Peter Lauth. Samuel P. Huntington, DAVOS/SWITZERLAND, el 25 enero de 2004

Samuel Phillips Huntington (1927 – 2008) fue un politólogo y profesor de Ciencias Políticas en el Eaton College y Director del Instituto John M. Olin de Estudios Estratégicos de la Universidad de Harvard. Huntington es conocido por su análisis de la relación entre el gobierno civil y militar, su investigación acerca de los golpes de estado en países del tercer mundo y su tesis acerca de los conflictos sociales futuros. Ha sido miembro del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, la Presidential Task Force on International Development, la Commission on the United States-Latin American Relationships y la Comission on Integrated Long Term Strategy. Se retiró de la enseñanza en 2007 tras 58 años de docencia en la Universidad de Harvard y falleció el 24 de diciembre de 2008 a la edad de 81 años en Martha’s Vineyard, Estados Unidos.

 

 

Reconozcamos que la similitud estructural de las infiltraciones conceptuales sobre el “fin de la historia” y “choque de civilizaciones” es demasiado evidente para ser casual. Un modesto artículo con signos de interrogación… su rápida promoción…el voluminoso libro de alrededor de seiscientas páginas, pero ya sin las interrogaciones, sino con muchas exclamaciones…

Y enseguida surge la hipótesis: ¿no será que salen del mismo “cuartel de mando conceptual” los productos tan diametralmente opuestos y a la vez tan similares? Y no serán demasiado simplificados los modelos de los que relacionan estos “productos” con los cuarteles políticos americanos de los liberales del Partido Demócrata (Fukuyama) y conservadores del partido Republicano (Huntington)?

Huntington entre tanto nos cuenta, apoyándose en sus predecesores, empezando por Max Weber, Oswald Spengler y Pitirim Sorokin hasta Arnold Toynbee, Fernand Braudel e Immanuel Wallerstein que el mundo siempre ha estado dividido en partes (conglomerados de países, a veces países separados, como Japón) que surgen, viven y se apagan en base de su particularidad religioso- cultural, y que se llaman civilizaciones.

Después nos contó, que una larga época del dominio incuestionable de la civilización Occidental llega a su final, porque otras civilizaciones (subsahariana, latinoamericana, sínica, hindú, budista, nipona, ortodoxa e islámica) rápidamente aumentan sus partes de recursos globales totales (territorios, población, producto interior bruto, potencial militar etc.). Y que estas civilizaciones a medida de su modernización tecnológica se indigenizarán (aborigenizarán). Es decir, renuncian a copiar la cultura occidental y valores occidentales (vesternización), así como llevan a cabo consistente “desescularización”, es decir el aumento del peso de la religión en la regulación social, cultural e incluso estatal. Y después se desarrollan en base de su propia cultura y valores, fundamentalmente diferentes de los occidentales (y cada vez mas activamente resaltando estas diferencias). Como resultado están preparados para entrar en conflicto abierto con los valores occidentales.

Y entonces, según Huntington la historia no se ha acabado en absoluto: «Lejos de ser simplemente los objetos de una historia confeccionada en Occidente, las sociedades no occidentales se estaban convirtiendo cada vez más en los agentes y modeladores de su propia historia y de la historia occidental.». Y después (citando a Spengler): «Cada civilización se considera el centro del mundo y escribe su historia como el drama central de la historia humana.».

Así que, según Huntington, nos espera la continuación de la historia con multitud de enfrentamientos de cada vez mas potentes y ambiciosas civilizaciones en perpetuo conflicto. Aunque al final Huntington de repente añade a su opus una “cola” ingenuamente optimista: como que al finalizar sus modernizaciones las civilizaciones no occidentales se tranquilizarán, y se establecerá un mundo multicivilizacional y multipolar.

Anotaremos también, que la promoción del concepto de “choque de civilizaciones” de Huntington en el momento de su aparición era mas débil que la de “fin de historia” de Fukuyama. Aunque Huntington y sus partidarios tenían todos los fundamentos para apoyar su concepto en calidad de prueba por ejemplo en la guerra en Yugoslavia, donde había una clara oposición entre los serbios ortodoxos, croatas católicos y los bosnios musulmanes, el tiempo de Huntington entonces todavía no había llegado.

El primer comando «antihistórico» de los conceptualistas quería sucesivamente devorar (liberalizar, acostumbrar a la “cultura universal de consumo” y desacostumbrar a “moverse”) a sus nuevas adquisiciones post soviéticas desde Polonia hasta Bulgaria y desde Rusia hasta Georgia y Kirguistán.

Y al segundo comando, el “conflicto-civilizatorio” de conceptualistas, les hacia falta tiempo para acostumbrar a la misma cultura de consumo, pero solo a través de las pantallas de televisión, y no en realidad, para que sea especialmente fastidioso (es decir, activar, rabiar y calentar) al futuro Gran Enemigo.

En el comienzo del siglo XXI se hizo evidente, que la sociedad Occidental, tanto en América como en Europa, sin un vil y malvado enemigo empieza a acumular grasa y dormirse. Y que incluso la agresiva campaña promovida en los medios de la OTAN contra Serbia por Kosovo en realidad no le puede despertar. Por supuesto “¡Qué horror!”, pero sólo es una pequeña mancha en el mapa, que algunos no encuentran sobre el mapa sin dificultades.

Vale, hundieron a Serbia en la Edad Media, como prometió el presidente Clinton, aunque no del todo, les dio pena…Y otra vez no hay un enemigo, y todo casi está bien. Aunque con la economía no está nada bien en realidad: la crisis, el paro, recorte de salarios, hace falta trabajar mas. Pero si no hay un enemigo, la sociedad occidental se niega a comprender para que currar con todas sus fuerzas y pagar impuestos para la carrera de armamentos. El «Adversario soviético» ya no existe, China está un poco lejos, y es débil contra el Occidente. ¿Cuáles entonces los enemigos?¿Y para que tanto armamento y la OTAN?

Y entonces, en septiembre de 2001 hay un acto terrorista, el Nine Eleven en Nueva York y Washington. Y sale, como un yo-the-box un nuevo Gran Enemigo, el terrorismo islamista radical. Que además está en todas partes, incluso en el propio corazón de América, y contra el cual el presidente de EE.UU. George Bush-jr enseguida proclamó la cruzada. Y entonces llega el tiempo de Huntington con su “choque de civilizaciones”.

Desde este instante la guerra conceptual bajo la bandera del “conflicto de civilizaciones” rápidamente se transforma en la guerra por un real reparto del mundo. Porque para este reparto se había creado este concepto. Y por lo tanto es un arma, y no un reflejo objetivo de la realidad.

Ahora ya hay demasiados datos que testifican que el ataque a World Trade Center fue construido por grupos muy poderosos, que no solo utilizaron, en realidad crearon y alimentaron el islamismo radical de Bin Laden y sus colaboradores. Nosotros desde cerca observábamos, como aún antes de los ataques en Nueva York y Washington crecía la promoción de Huntington. Como le trajeron a Moscú. Como los americanos de altísimo estatus político acompañaban a Huntington de la manita, lo presentaban a todos, y a nosotros también. E introduciéndole avisaban: «Recuerden, muy pronto el mundo vivirá en el mundo conceptual, que está expuesto en el trabajo de este extraordinario pensador americano».

Después del 2001 el tema de la guerra de civilizaciones era introducido en los debates de casi todos los seminarios internacionales por sus participantes, a los que ha asistido nuestro Centro. Casi todos los conflictos internacionales o internos se presentaba por el prisma de esta “guerra”. Además, como demostración los medios contaban todos los días sobre las guerras de EE.UU. Y la OTAN en Afganistán e Irak, sobre la caza de “Al Qaeda”, etc.

Por supuesto que el concepto de Huntington fue objeto de críticas fundamentadas, incluso algunos investigadores occidentales serios. Pero estas criticas fueron silenciadas por el ruido de tambores de guerra de los “civilizacionistas”.

¿Sobre qué criticas hablamos? Sobre esto en el siguiente artículo.

Esto es una traducción del artículo (publicado en el periódico“Esencia del Tiempo” número 2 del 15 diciembre de 2012 ) de Yuri Byaliy de una serie de artículos sobre los conceptos que se crean en los think tanks por los científicos estadounidenses, que se promueven y son aplicados por los políticos y después probados en los “laboratorios” mundiales.

Le animamos a compartir nuestras traducciones y artículos, pero SOLO con una mención a la pagina del en eu.eot.su (ver el enlace arriba).

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