La Rossa Primavera

 

evil lack shoe

http://evil-lack-shoe.livejournal.com/355918.html

Diré, en primer lugar, que yo no hice una investigación meticulosa sobre el tema, no ponía en marcha motores de búsqueda complejos para que me calculen estadísticas, ni centros de emisión ni otras particularidades de las circunstancias por las que se ha ido apagando el termino de “Primavera Roja”. Yo hablaré sobre mis propias sensaciones de las lecturas de diversas publicaciones en la red. Por supuesto, en LiveJournal en primer lugar y en otros diferentes ‘caralibros’ según la situación, y a medida que encontraba los enlaces.

Hace un año, justo después del “éxito” del maidan (suena horrible, más o menos como el éxito de un suicida), vi como todo lo que pasaba en el sureste de Ucrania tomaba un nombre propio: “La Primavera Roja”. Además, estas palabras que se usaban, sobre todo por las personas que simpatizaban con nuestro pasado soviético y, es muy importante, el que de una u otra forma expresaban esperanza por la posibilidad de reanudar la construcción del comunismo. Recuerdo ahora las discusiones de hace un año en unos comentarios, sobre cómo de fuertes son los sentimientos pro soviéticos de los milicianos.

Recuerdo que alguien escribió que la primera pregunta que soltó emocionado un miliciano a un prisionero, fue sin pensar y sonaba así: “¿Vienes aquí a luchar contra la URSS?” Yo entonces estaba contento, por supuesto, como un niño. Con el tiempo resultó ser que el principal salvador de Novorossia y la causa de todas las victorias de las milicias, la última esperanza, un hombre triste es partidario de una ideología anti soviética extrema. Es muy religioso, blanco y da honores. Y que también sufre mucho de las interminables desgracias, que acosan a Rusia desde que los comunistas han elevado al plebeyo. Será que por un respeto infinito hacia él y a sus méritos, muchos escritores procomunistas en la red acabaron con la Primavera Roja. Y el término se hundió en la sombra. La primavera se hizo rusa.

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                                                                                             “Como la Primavera rusa y el Verano del Donbass han devuelto a los verdaderos hombres rusos”.

Hay que explicar algo aquí. Soy ruso y estoy feliz por ello. Pero para mi no es un motivo de orgullo ni, libreme dios, de vergüenza. Simplemente es así. Nací ruso y es inútil divagar sobre que seria si yo naciera en otro lugar cualquiera. Y no hay ninguna posibilidad de cambiarlo. Igual que no se puede cambiar a los padres, a los hermanos y hermanas, el genero etc.

Las circunstancias de tu procedencia no pueden ser motivo del orgullo. Por esto me molesta mucho toda esta rusificación de nuestros tiempos, que presupone un ensimismamiento, una retirada a algunos lugares y materias exclusivamente rusas, inaccesibles para otros, de donde se propone la interacción con el resto del mundo que nos rodea. Diciéndolo más fácil, veo a toda una serie de nacionalistas rusos como a idiotas, con perdón. Ellos van y llevan a los demás hacia su desaparición.

Toda esta semántica de “Rusia para los rusos” yo la veo como, si por ejemplo en vez de pueblos imaginamos a personas, seria como un intento de encerrarse en tu piso y desde allí odiar a todos los vecinos. Para una persona es imaginable, para un pueblo… ya no lo es para todos.

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La primavera rusa

Los logros de los rusos a lo largo de toda su historia se podrían conservar, y lo que es mas importante desarrollar, solo si los rusos será un pueblo exteriorizado. Es decir, van a construir sus relaciones con los vecinos, a los que ahora los nacionalistas rusos proponen odiar, dominar, pisar, vencer y explotar o simplemente echar de sus tierras y matar.

Ademas, si no quieres perder las razones que llevaron al jubilo a Suvorov, hay que ser mucho mas perspicaz y mas inteligente que muchos otros vecinos tuyos. Hay que crear una vida tal, tales relaciones, para que incluso los pueblos mas bárbaros, que admiran el expolio, se empiecen a integrarse al proceso que organizas, renunciando a las características que hacen imposible una existencia común.

Soy ruso así y así veo mis obligaciones, que el hecho de ser ruso me impone. Por esto, en algún otro tiempo, ni en otras circunstancias las campanas de alarma sonarían en mis oídos ante esta primavera rusa, que ahora empieza a condensarse en el espacio informativo. Mas que esto, estoy convencido de la necesidad de la vuelta de mi pueblo a la vida. Yo deseo la primavera de los rusos. Porque ya durante mas de vente años vemos un proceso estrictamente contrario. Pero, cuando esta primavera rusa se está formando bajo los retratos de Strelkov-Girkin, Mozgovoy, Ivanov-Liskin y otros anti soviéticos ideológicos y los herederos de la emigración blanca mas sucia, aquella que vino a luchar contra nosotros en la chepa de Hitler, aquellos que impactaban por su entusiasmo en las actividades castigadoras en los territorios ocupados y a los que cobijaron después de la Gran Victoria bajo el ala de los servicios especiales occidentales con un solo propósito – la lucha contra la Unión Soviética, yo no comparto este planteamiento. Yo no quiero una primavera rusa así.

Incluso si no tomamos en consideración todo lo arriba indicado, esta primavera para la gente rusa suena como algo mezquino, tacaño y egoísta. No corresponde a todo aquello que hacia nuestro pueblo a lo largo de la historia, llamaba como se llamaba nuestro país entonces. Yo veo en este simple, casi imperceptible detalle el intento de dar cambiazo al carácter ruso por unos rasgos esencialmente ajeno a nosotros, quisas característico de algunas otras naciones que actuaban de tal forma y que no podríamos soñar ni en las peores pesadillas. Y ellos perdieron históricamente todo, como Polonia. O son ahora mismo aquella piedra que tira a toda la humanidad al mismo fondo del infierno, desde allí desde donde nos llaman.

Y de todas formas la primavera era rusa, pero se concentraron tanto los “debatientes” como los “observadores” no precisamente en ella, si no en este triste oficial blanco. Su personalidad tapaba tanto todo aquello que iba sicediendo, que ni una conversación se libraba de nombrarle. Cualquier discusión acababa en nada, hundiéndose en las disputas sobre las propiedades de algún comandante de una de las unidades determinadas de las milicias. Y pocos eran los que se preocupaban de que la Primavera por su definición, por su sentido, por todo lo que representa es incomparablemente mas grande que cualquier personalidad mas asombrosa.

Y si esta primavera dependiera de una sola persona, aun que sea increíble, pero aun así humana y finita, la Primavera terminará con esta persona. Nosotros vemos que la Primavera no ha acabado. Sufrió un daño incalculable, si se puede decir así se ha descolorido, lo que sucede en Donbass se convierte en solo un conflicto armado y no en un hito en el camino del renacimiento, tanto de los rusos como de la gente de otras naciones. El héroe mediático principal que representaba a la Primavera rusa tapó con su persona todo lo importante que sucedía, que incluso ahora, cuando él ya se ha deshinchado, muchos admiradores suyos no quieren reconocer las victorias de las milicias sin él o las adjudican a él (a pesar de su ausencia en todo el proceso). Y el único resultado de su actividad, que sea íntegramente suyo y el que se puede ver con tus propios ojos es la entrega de la mitad de los territorios de la RPD. Solo esto y nada mas.

Y este resultado se ignora o se le da la vuelta del revés. Meten a las FAU en los hoyos, la frontera se expande, vienen corriendo y perdiendo las zapatillas para negociar los lideres de los países mas fuertes de Europa… Pero ya nada está bien. Quisas a toda esta gente se puede entender. Una decepción tan dura en lo “mas importante” no puede no tener influencia en todo el proceso. Es como si al pescar atraviesas con el gancho un dedo, pensarás varias veces antes de ir a pescar de nuevo. Hay que devolver a la gente su Primavera Roja. No solo es primavera de los rusos, es la primavera de toda la humanidad. Y por esto contiene y permite todo dentro de si, tanto la Primavera rusa como cualquier otra Primavera de la humanidad. Porque es para todos, porque ella da posibilidades a los últimos de ser los primeros, porque nos traza el camino hacia las estallas.

Es el único camino posible ahora, camino hacia la reducción de las injusticias de este cruel universo, que no cree en los sentimientos. Esta hazaña tan grande bajo ninguna de las circunstancias puede depender de una sola persona. Bajo su bandera solo podemos ir junto a todo el mundo. Y si alguien va a sufrir por el hecho de que un plebeyo sin derechos de nuevo estudia en la universidad, volará al espacio, recibirá un grado científico, se convierte en General o simplemente lleno de dignidad se estará realizando en su trabajo en la fabrica… pues que se aguante!

 

Yaroslav Golovin

“Esencia del Tiempo”

 

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